La pasada noche del 18 de marzo, la sala Paral·lel 62 de Barcelona se convirtió en un viaje inmersivo de texturas sonoras y emociones con Dardust, trasladando a los asistentes a un universo donde la música clásica y la electrónica se funden sin discordancias. El pianista, compositor y productor italiano presentó su última obra, Urban Impressionism, llevando al público de la capital catalana por una experiencia única.
Desde el primer acorde, Dardust demostró su capacidad para construir atmósferas únicas, iniciando la noche con su minimalismo envolvente. Con un juego de luces calculado al milímetro, el público quedó hipnotizado desde el primer momento.
Piezas como «Vetige», «Golden Cage» o «Danse (en plein air)» fueron parte del repertorio que Dardust interpretó para un público íntimo. Hubo momentos más expansivos donde se fusionaban los sintetizadores con el piano, mientras que en otros momentos el artista italiano optó por una desnudez emocional absoluta, sentado al piano, dejando que la pureza del instrumento hablara por sí misma.
El público, completamente entregado, supo apreciar la precisión y la pasión del artista. Ya finalizando la noche, Dario quiso grabar al público catalán para proyectos futuros.
El público, completamente cautivado, supo valorar la precisión y la pasión del artista. Al tirando al final de la noche, Dardust pidió a los asistentes que participaran en un momento especial, grabando el sonido del público catalán mientras coreaban y aplaudían, con la intención de incorporarlo en futuros proyectos. Además, hizo participar a los asistentes en una de sus interpretaciones, pidiéndoles que aplaudieran cada vez que él se levantaba.
Dardust no solo ofreció un concierto en Barcelona: diseñó una arquitectura sonora donde cada nota, cada luz y cada silencio formaban parte de una experiencia inmersiva que quedará grabada en la memoria de quienes tuvieron la suerte de presenciarla.
Galería por Marta Tomás (@marta.tobe):