El de Falling in Reverse era, sin lugar a dudas, uno de los conciertos de metal más esperados de los últimos años en nuestro país. La personalidad irreverente, arrolladora (y a veces polémica) de Ronnie Radke, su gran presencia escénica, su rango vocal y la potente y elaborada música que ha sido capaz de crear con su nueva banda después de su paso por Escape The Fate llevaban años creando el caldo de cultivo perfecto para que los fans tuvieran el ‘hype’ por las nubes y se murieran de ganas de disfrutar de su espectáculo en directo, que se desplegó en ambas ciudades españolas con todo su potencial.
Pero centrémonos en Madrid. Falling in Reverse se presentó en el Palacio de Vistalegre el pasado domingo con la intención de conquistar la capital, acompañados de dos teloneros de lujo. Primero Sleep Theory, que si bien se quedaron algo cortos en tiempo dieron un ‘show’ bastante correcto con una buena dosis de rock y metal algo más descafeinado y después con Hollywood Undead, que montaron una buena fiesta en el recinto. La mítica formación estadounidense cumplió con su función de caldear el ambiente y aportar el toque de diversión con su característica mezcla de rap y metal, que se pasó volando.
Después, el turno de Ronnie. Y es que no hay Falling in Reverse sin él. El artista acaparó la atención por completo, dejando al resto de la banda en un segundo plano (algo que quedó reflejado incluso de forma visual, al colocarse por detrás de él en el escenario), cargando con gran parte del peso de la actuación con una presencia escénica apabullante que desató la locura en la sala desde las primeras notas de ‘Prequel’. La intro de su nuevo álbum sirvió para dar una entrada épica al concierto, que continuó con temas como ‘Zombified’, ‘I’m Not a Vampire’, ‘Bad Guy’ o ‘The Drug in Me Is You’.
Todo, regado con una buena dosis de queroseno y fuego. Los cañones y lanzallamas estuvieron presentes desde el comienzo hasta el final del espectáculo para acompañar cada tema, añadiendo impacto y dimensión a la puesta en escena, que de otra forma hubiera sido un tanto pobre. ‘Just Like You’, canción durante la cual Ronnie desplegó una cámara ‘live’ para enfocar a distintos sectores público, fue otro de los momentos que aportó valor a la escenografía.
Falling in Reverse se reservó lo mejor para el final, cuando encadenó sus cuatro mejores ‘hits’ para despedirse del escenario. ‘Popular Monster’, ‘Voices In My Head’, ‘Ronald’ y ‘Watch The Wolrd Burn‘ sonaron con fuerza en un recinto hasta la bandera con olor ya a quemado, que vibró hasta los últimos segundos del ‘show’. Un concierto que si bien algo corto (apenas llegó a la hora de duración), cumplió con todas las expectativas de los ‘fans’. Si ellos no se quejaron, nosotros tampoco…