El pasado 5 de octubre, Melanie Martinez aterrizó en el Palau Sant Jordi de Barcelona con su Trilogy Tour, trayendo su icónica mezcla de música, teatro y crítica social.
El concierto estuvo dividido en tres partes, cada una dedicada a un álbum de su carrera. El concierto inició con Cry Baby, que fue todo un espectáculo visual y sonoro. Desde el primer momento, la artista transformó el escenario en un mundo surrealista, rodeada de bailarines disfrazados. La cantante apareció con una estética infantil pero cargada de oscuridad, interpretando canciones como “Dollhouse” y “Pity Party” mientras el público coreaba cada palabra. La escenografía, con globos, pompas de jabón o incluso elementos que recreaban una fiesta de cumpleaños incendiada, complementó a la perfección su fusión de inocencia y trauma.
La segunda parte, dedicada a K-12, ofreció algunos de los momentos visuales más impresionantes del espectáculo. Melanie utilizó símbolos para narrar una adolescencia marcada por el control y la opresión. En canciones como “Show & Tell” y “Nurse’s Office”, fue atada y manipulada como una marioneta en medio de un set inspirado en una casa de muñecas y un hospital. Aquí, el concierto dio un giro más político, con imágenes y pancartas en apoyo a la causa palestina proyectadas en las pantallas, convirtiendo el show en una plataforma de denuncia social.
Finalmente, PORTALS cerró la noche en un ambiente onírico y lúgubre. Melanie emergió como un personaje de fantasía, con un disfraz que incluía una máscara de cuatro ojos y una escenografía de cementerio. Con una estética de pesadilla, interpretó canciones como “DEATH” y “Light Shower”, con bailarines disfrazados de insectos y humo cubriendo el escenario. La atmósfera se volvió cada vez más oscura, sumergiendo al público en su universo tétrico pero fascinante.
El concierto culminó con un mensaje de protesta y una conexión emotiva con sus fans, pidiendo un grito de apoyo por Palestina. La noche demostró la dedicación de Melanie a su estética y narrativa únicas, dejando claro que, aunque de nicho, su impacto en sus seguidores es profundo y transformador.