Inicio Cronicas-galerías Una Típica Canción para un Disco de Oro reluciente

Una Típica Canción para un Disco de Oro reluciente

Ginebras consigue uno de los mayores éxitos que puede lograr un artista gracias a La Típica Canción, incluida en su primer disco 'Ya dormiré cuando me muera'

El pasado 12 de octubre, una Magüi con lágrimas en los ojos se sentó en su piano antes de que sus dedos se deslizasen por las teclas para interpretar Muchas gracias por venir, un tema ya convertido en himno y con el que se demuestra que el reconocimiento y el agradecimiento son la bandera que toda persona debe ondear para considerarse buena por naturaleza. “Esto es demasiado, no puedo hablar…”. Fue precisamente justo en este instante cuando Ginebras acarició el cielo, con un Wizink Center a sus pies y con la sensación de que nada ni nadie podía parar a estas cuatro pedazo de artistas en su camino a conseguir el estrellato. Porque en esto de la música no hay lugar para la casualidad: triunfas si tienes talento. Tan simple como eso.

Parecía que Magüi, Juls, Sandra y Raquel ya no podían alcanzar cotas más altas, que todo lo que habían soñado cuando se juntaron por primera vez a tocar ya se había hecho realidad. Pero todavía quedaba una cosa más. Casi un año después de esa mencionada fecha tan especial, un Disco de Oro por La típica Canción apareció en la vida de Ginebras. Un reconocimiento que solamente les llega a los y las grandes artistas musicales nacionales e internacionales y con el que todo se ve diferente. Nuestras cuatro protagonistas lo han logrado, por si alguien tenía alguna duda de ello. Y, por esta razón, organizaron un evento maravilloso este martes en la mítica sala El Sol de Madrid para celebrarlo con la gente que más quieren, rodeadas de sus familias, amigos y algún que otro periodista infiltrado.

Con Virginia Díaz como maestra de ceremonias, las cuatro estrellas de la noche se subieron al escenario de la céntrica sala para dar las gracias por activa y por pasiva, no sin antes salir a darse una vuelta entre el público que se daba cita para ver a sus referentes. Encuentros y risas con todos ellos y ellas, una foto por aquí y otra por allá, abrazos y besos por doquier. Y todo ello con un dinosaurio sosteniendo el cartel con el nombre de Ginebras dando vueltas por estos lares.

Este tipo de eventos son una gozada para los medios profesionales, faltaría más, pero lo es aun más para todos y todas aquellas fans que sueñan con abrazar a las personas que más idolatran. Y es aquí donde se debería poner el foco en las cuatro patas que forman esta banda, más que nada porque observándolas en esta clase de acontecimientos, uno se da cuenta de que viven por y para su gente, aquella que la acompaña noche tras noche, concierto tras concierto. Es sumamente precioso y reconfortante observar de primera mano esa comunión tan exquisita.

La cita de este martes trató principalmente sobre todo lo relatado con anterioridad, si bien Magüi, Sandra, Juls y Raquel interpretaron sus tres canciones posiblemente más conocidas: Ansiedad, Paco y Carmela y esa Típica Canción que ya es DISCO DE ORO. Sí, en mayúsculas. Dicha interpretación resultó ser una excusa la mar de adecuada para una charla con Díaz sobre cómo se enteraron de que habían ganado un disco de oro- “Nos enteramos por el mensaje de whatsapp de nuestra mánager”-, situaciones que, de primeras, parecían inalcanzables- “Cuando montamos Ginebras nuestra meta era poder tocar en la Siroco o en la Maravillas como máximo”- o para reinvindicar la fugacidad y complejidad de la vida- “La mayoría de personas que aparecen en La Típica Canción ya no están en nuestras vidas”-.

Y todo ello condimentado por un vídeo en el que iban apareciendo artistas de toda índole para felicitar a sus amigas por haber conseguido tal hito: Sidonie, Canco Rodríguez, Anabel Lee, Dorian, Fran Perea (“¿por qué lleva un delantal?”), Dani Martín… Nadie quería escapar la oportunidad de mostrar sus palabras de enhorabuena. “No nos podéis hacer esto, que ya sabéis que somos de patata sensible…”, decía Magüi. La cosa es que las cuatro protagonistas de toda esta historia que empezó seis años atrás cuando, por casualidades de la vida, se conocieron, se merecen todo lo conseguido y mucho más.

La razón es sencilla: el mundo ya de por sí es un lugar complcado en el que estar. Se antoja imprescindble que alguien nos recuerde que siempre va a haber una persona que se enamorará de nosotros a pesar de que llevemos un peinado algo desfasado, de que siempre va a haber una salida emocional al darnos cuenta de que lo bonitas que estamos cuando nos decidimos a salir de nuestro cuarto, de que Tinky Winky es feminista y que le gusta el chocolate Milka, de que siempre va a sonar muy cerca un tema que nos encanta y nos retumba en la garganta, que algunas veces hay que dejarse llevar como Carmela o que es totalmente lícito sentir placer por cosas que odias y reconoces que están bien. Enhorabuena y a por mucho más, Ginebras.