El Resurrection Fest vuelve un año más a Viveiro para traer su decimonovena edición. Las japonesas Hanabie. estrenaron el Main Stage con canciones pegadizas y con un buen show para el empiece del festival. Este año el Resurrection Fest se ha inspirado en muchos grupos japoneses como son Crystal Lake, Hanabie., Baby Metal o Jiluka que solamente trajeron grandes dosis de metal y diversión.
Los británicos Heriot deslumbraron con la voz de Debbie Gough que controlaba a la perfección los cambios de voz melódica a gutural. Revelaciones como el grupo sueco Solence creó una fiesta donde el público saltaba al son de Animal In Me. Antes de ver a los canadienses Sum 41 actuar en uno de sus últimos conciertos, Alice Cooper sorprendió con grandes temas como Poison y un concierto cargado de energía y emoción. Machine fucking Head calentaron el escenario con canciones como Locust. Sum 41 cerró el primer día del festival con un concierto muy especial, – que estoy segura de que nadie olvidará – . Temas como Pieces o The Hell Song como otros más nuevos de su recién llegado disco ‘Heaven :x: Hell’ hizo que retumbara la noche del miércoles. Si que es cierto que a Deryck Whibley le faltaron canciones típicas de la banda como With Me.
En un día nublado, – como no – , los catalanes Ankor presentan su metal alternativo. Counterparts abrieron el jueves con Love Me, uno de sus temas más representativos. Los canadienses visitaban España por primera vez y no se dejaron atrás temas como Whispers of Your Death de su último álbum ‘A Eulogy for Those Still Here’. Después de Bruce Dickinson, cantante de Iron Maiden, que experimentó en sus canciones con un theremeil, le tocaba el turno a Bring Me The Horizon. Los de Sheffield pasaron por el festival para estallar en su inicio con DarkSide, tema que está en su último disco ‘POST HUMAN: NeX Gen’. Además, canciones más antiguas resonaron en Viveiro como Doomed o Empire (Let Them Sing) y un Antivist que fue acompañado con una fan del público.
Pasados por agua, el viernes muchas leyendas estuvieron en el Main Stage como Corey Taylor, que debutó canciones de Slipknot como Snuff que hizo vibrar al público como lo hicieron en la edición del año pasado con la banda completa. The Offspring con versiones de otros grupos como Blitzkrieg Bop de Los Ramones, además de sus temas como You’re Gonna Go Far, Kid. Los alemanes Future Palace coronaban el Ritual Stage con temas como su nueva canción Dreamstate. El tiempo no acompañaba al día, pero se pudo apostar por bandas como Floya que con sus melodías calmadas hacían del tiempo un simple accesorio o también los suecos Imminence que hicieron su querido violincore de una manera excepcional. Además, se arriesgó por el hardcore de los americanos Drug Church que hicieron que el Chaos Stage relumbrara en un día totalmente nublado. La noche terminó bañada de barro, pero por todo lo alto.
El último día encabezan el Main Stage grupos que harían del Resurrection Fest una gran fiesta. Los rusos Slaughter to Prevail serían los primeros en tocar acabando por los aires con grandes mosh pits en el público. La coordinación excepcional de Baby Metal con la verbena de Electric Callboy fue solamente un pequeño calentamiento para que lo que venía despues. Ratata de los alemanes y las japonesas estalló en Viveiro como si de una fiesta se tratara, – aunque así lo era – . Después de seis años sin volver, Megadeth calentó el escenario principal con temas como Symphony of Destruction. La última actuación que finalizaría esta edición sería para Avenged Sevenfold que con un setlist de hora y media no contempló temas como Dear God, aunque sí otros como Hail to the King o Nightmare con un toque orientado al mundo oscuro de las calaveras.
No hay que olvidar que el festival apuesta por las bandas emergentes como han sido los catalanes Donuts Hole con un sonido alternativo post metal o también el grupo de metalcore Fallen At Down. Asimismo, en el stand de Redbull,uno de los promotores del festival, ha creado su espacio “Resurrection Fest Boulevard Shows by Redbull” donde artistas de la zona como Beach Avenue o Crowded protagonizan conciertos para amenizar las tardes del festival.
El Resurrection Fest acabaría a la una de la mañana con una gran dosis de fuegos artificiales que presentaron la siguiente edición del festival, en este caso el vigésimo aniversario. Lo que sí que está claro es que los cuatro días de este festival son de otro mundo, donde la música y la diversión se unen completamente. Ansiosos de volver el año que viene con mucho más y por ver lo que nos brinda uno de los festivales que más ha cautivado al rock en la Península.
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Crónica: Ana Arribas
Galería de fotografías: Marta Collazo