El año pasado tuvimos la suerte (y en parte desgracia) de ir al Primavera Sound de Madrid, una edición que por ahora no volverá a suceder, y que tuvo numerosas dificultades con su recinto. Sin embargo, si el festival tiene una gran reputación y un nombre que resuena por bastantes lugares del mundo, es por una edición en Barcelona que este año celebra su 20º aniversario volviendo a unos orígenes bastantes noventeros. Con un cartel que aúna esta época y la actual para ofrecer una variedad de artistas que es imposible disfrutar en todo el territorio nacional, y si nos atrevemos un poco, Europa. Además, como siempre, no falla en prácticamente nada.
Miércoles 29 de mayo
Empezamos la famosa jornada inaugural con un nombre que no pasa mucho por nuestro país, pero que ha dado que hablar, pasando (casi) por el Monkey Week de Sevilla y por el Canela Party en Torremolinos tras su cancelación. Os hablamos de Tropical Fuckstorm, que dan un directo que va directo a la yugular con la voz atronadora de su cantante, Gareth Liddiard. Bastante feo perdérselos por la hora, no había mucha gente. Le siguieron, en un ambiente mucho más agradable, Ratboys, en una hora perfecta para sus melodías y presentando su último disco, The Window, un trabajo muy hogareño y lleno de ternura.
Sin embargo, ni la ternura ni la contundencia nos preparó para Stella Maris, grupo de la serie de La Mesías, dando su único y (¿último?) concierto en el que ofrecieron un verdadero show con todas las letras. Con el apartado vocal quedando en segundo plano, Amaia, Carmen Machi siendo llevada al escenario cual procesión de Semana Santa y castellers cada dos por tres nos brindaron un recuerdo único. Ir sin el contexto de la serie debe ser impresionante, pero no queremos imaginar la impresión del mayoritario público extranjero que se acercó a ver de qué iba el asunto. Les siguió finalmente Phoenix, acabando una noche con un set lleno de sus grandes éxitos y una aparición estelar de Ezra Koenig, de Vampire Weekend en Tonight.
Jueves 30 de mayo
Empezar el festival (ya si que sí) con Balming Tiger es una experiencia que no podemos describir especialmente con palabras. Divertídisimos, y provocando al público de mil formas posibles, el supergrupo coreano presentó un bolo con un tono muy drill, en el que no faltó un inesperado wall of death que dejó a toda su audiencia bastante confundida. Muy cerca teníamos para ver a Dillom (que innegablemente ha sacado uno de los mejores discos de lo que llevamos de año) pero nos pareció totalmente imprescindible ver la actuación de Mannequin Pussy. Marisa Dabice, líder y vocalista del conjunto, tiene una fuerza vocal que no tiene ni sentido ni lógica, con un discurso reivindicativo muy marcado y unas letras rompedoras. Fácilmente de lo mejor de ese día del festival, de no ser por lo que venía después.
Y es que a título personal, era mi primera vez viendo a Blonde Redhead, y no pude evitar emocionarme. Sit Down for Dinner ya merecía sus años de espera, pero disfrutar de temas de 23 y Misery Is a Butterfly en directo interpretados con semejante maestría me resultó muy especial. Aun así, el peor solape del festival estaba sucediendo y corrimos a Amyl and the Sniffers a mitad de set. Mereció ver esa fiesta punk que sorprendía por su gran entusiasmo. Están en su mejor momento, y esperamos que dure mucho más.
El acercarnos a lo que llaman Mordor (con la zona gigante y los dos principales escenarios, el nombre viene porque hay muchísima gente y está algo separado del resto del recinto) nos llevó a colocarnos genial para ver a Vampire Weekend. Pese a que venían para tocar en directo por primera vez algunos temas de Only God Was Above Us, no faltaron temas de su disco homónimo (el clasicazo Campus, A-Punk…) además de muchos hits de Modern Vampires of the City. Con un set tan largo, había espacio para todo, y fue un muy divertido. Después de esto, quisimos cambiar de estilos totalmente con el nu-metal de Deftones. Un bolo lleno de temazos, pogos que eran campos de batalla y un Chino Moreno bastante activo que lamentablemente se vio algo lastrado por un sonido mejorable, que sonaba algo embotellado. Aun así, como decimos, no faltó ninguna canción mítica.
Finalizamos la noche con el dúo francés Justice, un espectáculo audiovisual sin precedentes que tuvo un sonido sencillamente increíble (uno de los escenarios gigantes dio todo su potencial) pero que a modo personal no tuvo un mix de canciones muy acertado, resultando algo repetitivo. Aun así, era algo digno de ver solo por lo visual. Tenían, como quien dice, una buena montada.
Viernes 31 de mayo
Este día teníamos que empezarlo con una de las madres del festival: Ethel Cain. La vimos tranquilos, desde la distancia, pero ya podía apreciarse como todos los fans allí agolpados disfrutaban de sus canciones a sabiendas de lo que se venía luego en el mismo escenario (por suerte, pese a ser el día de Lana del Rey, se respiraba bastante entusiasmo). Seguido a esto no pudimos evitar ir con tiempo y ver con todas las letras a Chelsea Wolfe, una de las reinas del goth metal y una de las propuestas más distintas y espectaculares del festival. A parte de esto, era nuestro primer concierto en el Auditori, un espacio que si bien tenía la atmósfera perfecta para la artista estadounidense (a oscuras, con el humo concentrándose en el escenario…) el sonido podría haber estado algo mejor. Aun así, ella y su banda estuvieron increíbles, y verlos desde la comodidad de una butaca (tras dos días bastante movidos, y lo que quedaba por delante) complementaron todo para hacerlo perfecto.
Tras esta oscura, pero gratificante experiencia, tocaba volver a Mordor para el combo mágico de Troye Sivan – Lana del Rey. El primero era inevitable verlo casi todo desde las pantallas, ya que todo estaba hasta arriba para ver a Lana, pero sin duda dio un espectáculo con una sensualidad sobrehumana, provocativa y llena de energía. Una performance que era muy entretenida con bailes pegadizos, y con temazos como Rush más todavía. Después dimos paso al gran peso del festival, la diva del pop, y qué queréis que os digamos, fue bastante sin más. 25 minutos tarde, un sonido mejorable y una energía que era todo lo contrario a lo que ofreció el anterior concierto. Obviamente entendemos el estilo de música de Lana del Rey, y el setlist estaba plagado de canciones míticas de su discografía, pero no transmitió ningún tipo de pasión en ningún momento. Bastante decepcionante, pese a que las expectativas no estuviesen por las nubes.
Rápidamente, como era día de ver nuevos escenarios, acabamos en el Warehouse de DICE (por poco no entramos por aforo, algunos conocidos se quedaron fueran) para conocer en directo los sonidos glitch core de Snow Strippers. Con grandes reminiscencias a Crystal Castles, el dúo fue un auténtico disfrute de sonidos y samples que podrían haberse disfrutado más en otro escenario. Tenía tan poca elevación que o estabas en primera fila o no los veías, al estilo boiler room sin serlo. Aun así, no estuvieron nada mal, y encadenándolos con Brutus en el escenario de Steve Albini (que en paz descanse) fue un contraste muy bonito, aquí el público estaba animadísimo y Unison Life sonó genial.
Acabamos la jornada con la verdadera reina de la jornada (y la que realmente sonó con energía y una conexión con el público brutal): Arca. Con elementos muy estrafalarios en el escenario: una pistola de humo, una camilla con cadenas… la venezolana nos deleitó con todos sus hits y sin olvidarse de su disco homónimo. Mereció la pena verla bastante cerca.
Sábado 1 de junio
Finalmente, enfrentando el último día, decidimos empezar con Merina Gris, una de las opciones nacionales del festival. Pese a la hora tan temprana, sonaron contundentes y los allí presentes pudimos comprobar que dan mucho que hablar en directo, con sus máscaras y su forma de reinterpretar las canciones. Nada mal. Y continuando, nos pareció imprescindible ver a Slow Pulp en el que fue su primer bolo en España. Siendo media tarde, en una hora perfecta para ellos, los de Wisconsin fueron encantadores. Como también lo fueron Royel Otis, en su gran momento, con un público dándolo todo, la pradera hasta arriba y un paisaje precioso. Uno de los grandes momentos del día.
El cambio de tercio radical se dio con la rapera de 070 Shake, con un bass algo pasado de rosca que taladraba los oídos y con una levantada del ánimo (pidiendo constantemente con cada canción que se “hiciera un círculo”) que si bien era divertido tuvo sus altibajos. Principalmente porque se fue de tiempo sin darse cuenta e hizo que se retrasara la actuación de PJ Harvey, que personalmente, y con diferencia, la considero la mejor del festival. La puesta en escena, la virtuosidad de la artista, su banda, la lluvia acompañando al juego de luces… fue una verdadera experiencia. Si bien no tengo tan calados sus trabajos en estudio, estar en el Primavera Sound y no haber visto su actuación ese día podría considerarse delito. Muy sorprendido, pese a que era consciente de que el nivel era alto por su parte.
Después nos hicimos el combo Eartheater – Bikini Kill (ambos experiencias radicalmente distintas y muy gratificantes, aportando variedad a un festival que te da de todo un poco) y vimos a lo lejos a SZA, que era sin duda el plato fuerte del día. Interpretó bastantes temas de su último álbum, SOS, pero su profesionalidad y su presencia en el escenario fue lo que realmente nos cautivó. Acabamos el día finalmente, como no podía ser de otra forma, con el plato fuerte que tenía todo el mundo para acabar el festival: Charli XCX. Escribo esto sabiendo que ha sacado uno de los mejores discos del año sin ningún tipo de discusión, pero en directo había que saber a lo que se venía. Todo era performance, animar al público y bailar, dejando el aspecto vocal bastante apartado. Aun así, fue el cierre perfecto para una experiencia irrepetible, muy de “yo estuve ahí cuando interpretó por primera vez Everything is romantic“.
Y eso fue todo del Primavera Sound de Barcelona, un evento que con sus altibajos (sobre todo, desde mi percepción, por el sonido del escenario Amazon Music y algunos acoples que provocaba con otros escenarios) pero que sin duda es uno de los mejores festivales de España. Si te gusta la música, en general, tienes que venir al menos una vez en la vida.
Fotografías: @sofiadecember