El sábado estuvimos en el Road to Rio Babel, un festival madrileño que tuvo lugar en la Caja Mágica y que realmente dio más la sensación de ser un concierto de Green Day acompañado de bandas teloneras que sirvieron para entretener al público hasta la llegada del plato principal. La jornada contaba con importantes nombres internacionales como The Hives, The Interruptors o Lagwagon.
Aunque la jornada comenzó temprano, el mayor espectáculo empezó a tomar forma cuando los suecos de The Hives subieron al escenario, con su habitual energía desbordante y presencia arrolladora, no dejó lugar a dudas de por qué son considerados unos excepcionales showmen. Su setlist combinó nuevos temas de su nuevo álbum The Death Of Randy Fitzsimmons, con sus clásicos atemporales, Pelle Almqvist y compañía lograron capturar la atención de todos los presentes. Canciones como “Bogus Operandi” o “Countdown To Shutdown” sonaron con la misma fuerza que sus hits más conocidos como “Hate To Say I Told You So” o “Tick Tick Boom”. Fue todo un espectáculo visual con Almqvist recorriendo el escenario y zambulléndose entre el público, recordando por qué son una fuerza imparable en directo.
Con la emoción aún en el aire tras la actuación de The Hives, llegó el momento que todos esperaban: sonaba Bohemian Rhapsody coreado por el público y un conejo borracho tomó el escenario para calentar aún más el ambiente, momentos antes de que aparecieran en el escenario Billie Joe Armstrong, Tré Cool y Mike Dirnt. La banda californiana decidió celebrar dos de sus discos más icónicos, “Dookie” y “American Idiot”, interpretándolos de principio a fin. Esta decisión, lejos de ser una simple estrategia de marketing, se tradujo en una noche llena de nostalgia y energía para los asistentes, que abarcaban desde jóvenes veinteañeros hasta veteranos fans de cincuenta años.
El concierto arrancó con “The American Dream Is Killing Me” de su nuevo álbum “Saviours”, y desde ese momento, los fuegos artificiales, las llamaradas y la lluvia de confeti fueron una constante. La primera parte del espectáculo se dedicó a “Dookie”, con clásicos como “Basket Case”. “Welcome To Paradise”, “She” y “When I Come Around” siendo coreados por todo el público.
Tras un breve interludio con un par de temas de “Saviours”, “Know Your Enemy” donde subieron al escenario a una fan a cantar el puente, y “Brain Stew”, Green Day pasó a “American Idiot”. Temas como “Jesus of Suburbia”, “Holiday” o “Boulevard of Broken Dreams” demostraron por qué este álbum elevó a la banda a un estatus de superestrellas mundiales. El público, completamente entregado, cantó cada palabra como si hubieran vuelto a su adolescencia, creando un ambiente nostálgico y emotivo. Cerraron el concierto con sus clásicos “Minority” y “Good Riddance (Time Of Your Life)”.
Las dimensiones y la distribución del recinto de la Caja Mágica en Madrid no ayudaron en términos de acústica, según en qué zona estuvieras, pero esto no impidió que Green Day ofreciera una actuación inolvidable. Los asistentes, una mezcla de varias generaciones, disfrutaron de un espectáculo que demostró la vigencia y el poder intergeneracional de la banda. Desde los fans que crecieron con “Dookie” y “American Idiot” hasta los nuevos seguidores atraídos por sus discos más recientes, todos pudieron celebrar juntos una noche mágica bajo el cielo madrileño.
Fotos: @jameslomaxphoto
