hacía mucho tiempo que una gira de metalcore no agotaba entradas en nuestro país, pero la ocasión bien lo merecía. Polaris, uno de los grupos con más calidad de la escena actual, visitaba ayer Madrid con su primer tour como cabeza de cartel, acompañados de otros grandes del género: Silent Planet, Thornhill y Paledusk. Nadie amante de este estilo querría perderse semejante line-up…
El bolo empezó pronto. Sobre las 18:30 de la tarde los japoneses Paledusk saltaron al escenario de la Mon Live madrileña, para presentar (después de arrasar en el Resurrection Fest el año pasado) su original y novedosa propuesta. La jovencísima banda ha ganado adeptos en poco tiempo con su sonido único, situado entre el metal y el hardcore, al que incorporan sin complejos la esencia de una amplia variedad de otros géneros como el rap o la electrónica. Junto con la energía, la alegría y el optimismo desbordante de quien está empezando en la escena musical y sabe que no tiene límites, la banda se metió al público en el bolsillo, con un directo breve –pero intenso– que sirvió para empezar a calentar la tarde de la mejor manera posible.
Tras la explosión de energía desbordada de Paledusk, llegó la elegancia y la pausa medida de Thornhill. Una banda que, liderada por un carismático Jacob Charlton, también dio muestra de su versatilidad en poco más de media hora. Los jóvenes australianos fusionan a la perfección melodías angelicales y guturales equilibrados, con unos ‘aesthetics’ impecables y mucho rollo. Con ellos aparecieron los primeros pogos, mientras el ambiente se iba caldeando más y más. Era el turno de los mayores.
Por primera vez en España y entre muchísima expectación, la sala terminó de llenarse para recibir a Silent Planet. Los estadounidenses saltaron descalzos al escenario entre un juego de luces y sombras a ritmo de ‘Collider’, uno de los singles de su último disco, para dejar claro por qué son uno de los grupos más respetados de la escena internacional.
Con un sonido correctísimo y creando una atmósfera oscura y misteriosa de lo más especial, los de Los Ángeles deleitaron al público canción tras canción en un set que se pasó volando. ‘Dreamwalker’, ‘Euphoria’ o ‘Antimatter’ sonaron con fuerza en una sala a rebosar, que llegó a temblar con la potencia de los bajos en ‘Trilogy’, con la que se despidieron con la promesa de volver pronto.
Y después, Polaris. El grupo australiano saltó al escenario disparando temazo tras temazo, sin dar descanso a los presentes. ‘Harbinger’, ‘Nightmare’, ‘Hypermania’, ‘With Regards’… la banda se ha convertido en un referente en el metalcore internacional por su maestría al componer canciones que suenan como himnos, con mensajes poderosos y letras simbólicas con las que es fácil identificarse, partes melódicas pegadizas escritas para ser coreadas con alma y partes duras en las que Jamie Hails, su vocalista, no tiene rival, perfectas para un buen ‘headbang’.
El grupo hizo un buen repaso en directo a su último trabajo (‘Fatalism’), lanzado el año pasado, sin querer olvidarse de Ryan Siew, su guitarrista, tristemente fallecido en 2023. ‘Martyr’, en la que Jamie instó al público a iluminar la sala con sus teléfonos móviles en su memoria, fue uno de los momentos más emotivos de la noche. Tras ella, la increíble ‘Dissipate’, la grande ‘Masochist’ y la descomunal ‘Inhumane’, en la que la Mon se vino abajo. O más bien arriba, porque fue el momento de los ‘crowdsurfers’…
Polaris cerró la noche por todo lo alto con ‘The Remedy’, agradeciendo al público su acogida, con la promesa de un reencuentro en un futuro cercano. Desde Australia hasta Madrid, aquí estaremos esperando su vuelta. Os dejamos una pequeña galería del concierto: