natos y Waor no necesitan presentación, son el grupo de rap más éxito en nuestro país y, tras llenar hasta en tres ocasiones el Wizink Center en una misma gira, han lanzado un nuevo trabajo. Mal de Amores es un EP compuesto por 8 temas tan distintos como siempre lo ha sido el duo madrileño de la escena y la competencia en el gremio de la música urbana.
Aquello de que cuando un artista de nicho logra llegar a un público masivo empieza a ser rechazado por sus primeros “seguidores” es más real de lo que muchos pensábamos. Si bien esto ha ocurrido siempre en todo tipo de géneros – bandas como Bring me the Horizon o Slipknot, padres del metal moderno, también han recibido miles de críticas por no ser “tan duros como antes” o “haberse vendido” –, que ocurra en un estilo como el rap, que presume de sus valores y de apoyar el éxito de quien lo logra sin medios y por su propio trabajo es, como poco, llamativo. Últimamente parece haberse puesto de moda menospreciar a algunos artistas que no solo son referentes del hip-hop en España, sino que además han contribuido enormemente a su popularización y han sido un modelo de inspiración para toda una nueva oleada de músicos en ciernes.
En cualquier caso y sea cual sea la crítica popular la realidad es que Natos y Waor solo se deben fidelidad a sí mismos, y eso es lo que demuestran en este nuevo Mal de Amores. A pesar de que este entra en la categoría de EP lo cierto es que baila en esa fina línea de duración y cantidad de canciones en la que nadie sabe muy bien si considerarlo de tal modo o como un disco propiamente dicho. En 8 temas que componen este proyecto hay espacio para colaboraciones tan clásicas como la de Recycled J y otras más sorprendentes como Delaossa e Israel B, cuyo feat es el que da nombre al trabajo.
El tracklist de Mal de Amores es:
We back
Cosa de dos (ft. Delaossa)
Malo
Mal de amores (ft. Israel B)
Palos de ciego
Volver a nacer
Indomables (ft. Recycled J)
Solo en tu cama
En cuanto a estructura es un trabajo bastante cercano a Luna Llena, We back es el primer tema y es el más rápido de los 8, aportando esa chulería que no puede faltar en un trabajo de Natos y Waor. Los rapeos frenéticos en un ritmo poco convencional que presenta esta canción es un adelanto de lo que uno se va a encontrar a medida que siga escuchando el EP. El dúo ha encontrado la manera de sentirse cómodo sobre beats fuera de los cánones del rap y no se esconden a la hora de demostrarlo. En Cosa de dos Natos y Waor se adaptan a la musicalidad de Delaossa – que bien podría sacar de una vez La Madrugá –. El malagueño aporta un estribillo cantado que acompaña a la perfección los cachos de Fer y Gonzalo en los que destaca la voluntad del primero de salir de su zona de confort y probar a entonar algunas frases.
Malo, por su lado, es el tema en solitario de un Natos que se ha decantado por un estilo desmelenado para hablar de desamor. El originario de Buenos Aires sorprende en esta ocasión con una producción moderna y unas melodías muy pegadizas que, si bien están lejos de lo que uno espera al escucharle, hace que la letra quede fácilmente en la memoria. Este es con diferencia uno de los cortes más distintos de su carrera, por lo que puede echar para atrás en una primera escucha y, sin embargo, es una de las mejores canciones del EP. Mal de amores es la canción homónima de este proyecto y hay razones sólidas para entender por qué. El beat recuerda en cierto modo al de Sudores fríos y lo aprovechan para explotar al máximo todas las virtudes de este inesperado trío. Natos alterna la entonación con el rapeo, Israel pone la melodía en el ecuador y Waor remata con una de esas letras que gustan a sus fieles. Si bien es un tema comercial y de fácil escucha tiene varios elementos que lo hacen reconocible en la carrera de los tres.
Palos de ciego es, probablemente, la mejor de estas 8 canciones. Es el modelo de tema de que exige y espera cualquier fan del grupo: beat sin muchos adornos, rapeo a la vieja escuela, letra interesante y una métrica de aquellas de las primeras maquetas. Esta es la demostración de que a rapear no les gana nadie y que si ahora deciden hacer otras cosas es únicamente porque se han ganado el derecho a hacerlo – aunque de vez en cuando quieran recordarle al mundo que en este juego es complicado sacarles un empate –. A nadie le sorprenda que Waor haya elegido un rock para su tema en solitario. Volver a nacer tiene elementos parecidos a los de Quiero volar y brilla en innovación frente a otras composiciones similares del dúo. El madrileño nunca se había atrevido a cantar de un modo tan valiente y despreocupado, algo que le sienta a la perfección sobre todo en bases guitarreras. Todo esto solo deja con ganas de escucharle en un tema estrictamente de rock en un disco del grupo. También cabe destacar el solo de Jack Stone al final, uno de los mejores que nos ha dejado desde que trabaja con Natos y Waor.
Indomables es la colaboración rutinaria con Recycled en cada nuevo lanzamiento y, como siempre, no falla. Los cachos del grupo son memorables, emocionantes, íntimos y de esos que uno no sabe decir a qué momento de su trayectoria pertenecen. El chico gris, por su lado, canta el estribillo con la soltura de quien ya no tiene miedo a entonar, a demostrar que es el mejor de la escena. Cada uno de los hijos de la ruina pone su granito de arena en esta canción para que no defraude a ningún seguidor. Si en este trabajo hay varios experimentos, este no es uno de ellos. La fórmula es infalible y el resultado inmejorable. Por último, Solo en tu cama es una balada lenta que a decir verdad, tras los temas que la preceden, sabe a poco. La intención es cerrar el EP con una sensación de melancolía, pero en comparación al modo en el que cerraron Luna Llena con Tenías Razón este final es bastante menos destacado.
En definitiva y en líneas generales, Mal de Amores tiene todo lo que Natos y Waor siempre han ofrecido sumado a nuevos atrevimientos que demuestran una evolución personal y artística tan buena como necesaria para cualquier músico. Probablemente la mayoría del público disfrute de este nuevo trabajo porque tiene canciones para todos los gustos y aporta algo nuevo a la historia y narrativa del dúo. Por otro lado, Waor tiene una barra para los que se empeñen en no tragarlo argumentando que se han vendido: mi rap es mío y me lo follo cuando quiero.
El trono que el grupo madrileño ocupa lo han construido con sus propias manos y solo bajarán de él con los pies por delante. Vivimos en un mundo que premia lo efímero y en el que la memoria brilla por su ausencia, pero el tiempo pone a todo el mundo en su lugar y donde están ellos no es por casualidad. Un grupo que desde hace una década no para de batir récords sin una multinacional detrás y que tiene colaboraciones con artistas como Tote, Charlie, Suite Soprano, Delaossa, Il Pequeño, Fernando Costa e incluso Kutxi Romero no tiene nada que demostrar. Toda opinión es válida y la crítica sana, pero la tendencia de burlarse de quienes han puesto los cimientos del rap es rídicula. Mientras unos buscan su minuto de atención tratando de echar por tierra una carrera intachable, otros celebran la victoria de un nuevo éxito en su historia. Natos y Waor no han vuelto; nunca se han ido.