El pasado sábado, 28 de octubre, el Palacio Vistalegre de Madrid recibió a los británicos consciente de que estaba sirviendo como anfitrión de una de las citas musicales más interesantes del año. La pista, llena —incluso con compañeras de profesión como Lola Índigo infiltradas en el público—, las colas de entrada, generosas —algún rezagado intentaba hacerse con una entrada a última hora—. Los protagonistas se hicieron esperar durante unos breves cinco minutos que para el público no lo fueron tanto, mientras la emoción de la espera la intensificaba el enorme logo de la banda proyectado sobre el escenario. Hasta que, de pronto, se bajó el telón.
Quien frecuente la salas de conciertos sabrá que, por norma general, los títulos recién lanzados suelen ser los que pasan más desapercibidos. Ese no fue el caso de Jungle, que la noche anterior también hizo su paso por el Saint Jordi de Barcelona. Su concierto arrancó con Us Against the World, un tema que ya servía como adelanto de lo que ocurriría el resto de la noche: baile y más baile. A continuación, Candle Flame, la primera colaboración de Volcano junto a Erick The Architect.
Dominoes, ese tema funky que cualquiera se pondría para empezar con humor la mañana, pero que en este caso conquistó sin demasiadas dificultades a la noche castiza. A continuación, The Heat y Heavy, California trasladaron al público al repertorio de éxitos indiscutibles del grupo. Lanzados en 2014 y 2018, respectivamente, estos himnos extáticos abrieron paso a Beat 54 (All Good Now), una propuesta con un ritmo interesante de sintetizadores y cuerdas que invitó a las parejas a acercarse un poco más. Después de entonar Problemz, llegaron las incorporaciones al setlist más esperadas.
En I’ve Been in Love la fiesta no solo fue impartida por Jungle, sino que trajeron consigo —virtualmente, en cualquier caso— al rapero californiano Channel Tres. La colaboración sirvió como confirmación de la versatilidad del grupo, cuya música, aunque desde hace años ocupa un merecido espacio dentro de la escena indie internacional, en realidad no puede definirse como eso. La banda de Tom McFarland y Josh Lloyd-Watson mezcla ritmos soul y funk con una propuesta actualizada de lo que sería el r&b llevado al 2023, y eso explica precisamente por qué en muchas ocasiones se habla de ellos como una banda intergeneracional.
Canciones como Fire, What D’You Know About Me y Time protagonizaron la siguiente parte de este envolvente viaje musical al que ninguno de los asistentes quiso dar por finalizado. En caso de que algún despistado no terminara de encontrarse en el concierto, Happy Man le transmitió un recordatorio: al Vistalegre se ha venido a desinhibirse. En el ecuador del concierto, Jungle recuperó el tema con el que los románticos les identificamos por primera vez, Casio. Con la pista teñida por las luces ámbar ardiente —guiño a su último disco—, la canción incluida en For Ever (2018) fue la pausa hedonista y placentera que sirvió como momento de descanso antes de continuar con la fiesta.
You Ain’t No Celebrity, Coming Back y Don’t Play se desencadenaron a continuación, y, con ellas, se dio por confirmado el éxito arrollador de los londinenses en la capital. All of the Time exudaba una alegría atrevida pero controlada. Al igual que Holding On, con inflexión tecno. Al escuchar sus temas era imposible no atender con cierta incredulidad a la armonía en las voces de Josh y Tom. Ambos perfectamente sincronizados, a uno le habría gustado acercarse a la primera fila para comprobar si efectivamente estaban cantando en directo. Si era así, chapeau por ellos. Si no, daba lo mismo, porque su verdadero cometido lo habían cumplido con creces.
Por último, finalizado Good Times y con el público con la adrenalina tocando techo en el Vistalegre, el grupo se retiró por unos instantes del escenario, con el gesto visiblemente agotado de quien había aterrizado esa tarde en Madrid para darlo todo. Tras su regreso, reclamado por un sendero de miles de flashes y linternas cuya trayectoria terminaba en el escenario, la banda cerró su actuación con Keep Moving y Busy Earning dos canciones con ritmos eclécticos que hicieron bailar a todo el mundo hasta el final del concierto. El concierto de Jungle dejó el listón alto, pero el encore tampoco decepcionó.
Fotos: Ane Hervás (@anelogikmente)