El festival Cala Mijas cierra su segunda edición con más de 110.000 asistentes a lo largo de sus tres días, y con él terminamos la temporada festivalera del verano de 2023. El año pasado nos quedamos con las ganas de ver este nuevo festival, primo hermano del BBK Live, organizado por The Last Tour, con bandas internacionales de primer nivel y que prometía mucho. Esta segunda edición tenía un cartel que podríamos decir que es la mezcla perfecta entre los géneros indie, punk, rock y electrónica del panorama nacional e internacional, con The Strokes, Arcade Fire y Florence + The Machine como cabezas de cartel y grandes atractivos. La variedad musical del cartel se vio reflejado también en el público, donde pudimos ver gente de todos los estilos, edades y nacionalidades.
La primera jornada arrancaba a las cinco de la tarde con Vera Fauna como primera actuación, seguido de Cala Vento que ya reunían un gran público a una hora tan temprana, que no nos sorprende después de su verano repleto de baños de masas en los festivales, tras el lanzamiento de su nuevo disco “Casa Linda”. Pudimos disfrutar de un directo enérgico con temas nuevos como “Equilibrio”, “Ferrari” o “No Hay Manera” pero tampoco faltaron sus éxitos como “Abril” o “Isla Desierta”. Eso sí, se nos quedaron cortos sus 45 minutos de actuación.
Cupido continuaba la tarde a base de autotune con bastantes adeptos, poniendo música a los últimos rayos de sol, y la hipnótica Siouxsie a sus 66 años puso la elegancia y el postrock ante una base de fans que no decae. Amaia por su parte regaló una actuación mágica a sus fans, con su gran voz y arrolladora personalidad, acompañada de su piano y su banda.
Arcade Fire, Idles y Foals estuvieron totalmente a la altura de lo esperado, o incluso superando nuestra expectativas. Los canadienses salieron con mucha energía al escenario, con su cantante Win Butler bajando a saludar al público, y un set contagioso, mágico y emocionante, donde sus hits como “The Lightning”, “The Suberbs”, “Everything Now” o “Wake Up” sonaron con máxima precisión.
La banda de post punk de Reino Unido, Idles, desataron la locura en el festival a base de guitarrazos, derrochando una energía increíble que contagió al público, que saltaba y bailaba al ritmo de “Mr. Motivator”, “Mother”, “I’m Scum”, “Never Fight a Man With a Perm” o “Danny Nedelko”, gritando en contra del machismo, el fascismo y las normas tradicionales en cuanto al género y la sexualidad; puedes ser quien quieras y mostrar afecto y sentimientos. Casualmente ese día celebraban el quinto aniversario del lanzamiento de su exitoso disco “Joy as an Act of Resistance” (2018) que les lanzó a la fama.
Sin bajar mucho la intensidad, los otros británicos de la noche fueron también de lo más destacado del festival, Foals, con un directo cañero y con mucha interacción con el público, sobre todo en comparación con la última vez que les vimos en España el año pasado. Empezando con “Wake Me Up” y “Mountain at My Gates” pasaron por todos sus hits “My Number”, “Spanish Sahara”, “Black Bull” o “Inhaler” con muy buen sonido y carisma. La noche terminaba con la electrónica de Moderat o el trío madrileño VVV [Trippin’ You].
El viernes por la tarde volvieron a abrir las puertas del recinto para la segunda jornada, después de estrenar por la mañana su programación diurna en la playa. Los encargados de animar a los más madrugadores con su música folk fueron el cantautor británico Charlie Cunningham y el mexicano Kevin Kaarl, que dieron paso al trio madrileño de pop Cariño, que tocaron canciones de su último disco homónimo sin olvidarse de su álbum debut, hubieron momentos para bailes, risas y alguna reivindicación.
El concierto con más tralla del día, y muchísimos decibelios, fue de los australianos Amyl and The Sniffers, con mucha pasión, punk y pogos, en temas como “Hertz” o “Guided By Angels”. Tras ellos llegaba la noche y la fiesta con Lori Meyers, muy entregados tanto la banda como los asistentes, ofreciendo un gran espectáculo que hizo vibrar al público con temas como “Emborracharme” o “Mi Realidad”, mientras otros hacían cola en el escenario principal para The Strokes, y al otro lado del recinto los napolitanos Nu Genea ponían un ritmo más tribal y funk a la noche.
Claramente la banda más esperada de la noche eran The Strokes, que tras unos 15 minutos de retraso aparecían en el escenario principal, y por lo visto por exigencias del propio Julian Casablancas, con poco volumen, y también con poca luz, lo cual tampoco sorprendió a los fans que ya saben de qué va la cosa en un concierto de los Strokes. Pese a las críticas, salvo algún que otro lapsus con el sonido y un Casablancas un poco pasado, estuvo en su línea y pudimos disfrutar de temas como “Last Nite”, “You Only Live Once”, “Bad Decisions”, “Someday” y el mítico “Reptilia”, con un encore incluido.
La noche seguía con los franceses de M83 por un lado, donde la mayoría del público esperaba su mayor hit “Midnight City”, y la española Delaporte que convirtió en una fiesta total el escenario Sunset, demostrando su enorme talento y conectando con el público en todo momento. El cierre del día lo ponía el dúo de electrónica Underworld, quienes pusieron música a la película Trainspotting, con un directo lleno de movimientos contagiosos.
Lamentablemente no pudimos disfrutar del sábado, un día que se veía amenazado por fuertes lluvias por la tarde-noche según las previsiones, pero que por suerte no llegaron hasta bien entrada la noche cuando estaba prácticamente finalizando el festival, que culminó con la actuación de Florence + The Machine.
El aforo del Cala Mijas es algo que agradecimos mucho, siendo un festival grande en cuanto a nombres pero con sensación de amplitud y comodidad en todo el recinto, acostumbrados a aglomeraciones en macrofestivales, encontrar un festival así es genial. En cuanto a cifras, rontaban los 35.000 asistentes por día, pero no se colaparon ni las entradas, ni escenarios, ni zona de restauración ni las barras. En el recinto en sí además había varios puntos de agua potable, muchos baños bien ubicados y nada de zonas vip o torres de sonido que entorpecieran la visión o el paso. Destacar también la buena ubicación del recinto, era fácil aparcar en un parking a unos 10-15 minutos del festival, y habían otros parkings un poco más lejanos con buses lanzadera de ida y vuelta. Desde la Cala de Mijas se podía ir andando tranquilamente en 20-25 minutos, y habían ubers y taxis con bastante frecuencia.
Sin duda el Cala Mijas da un sólido paso hacia la consolidación como uno de los festivales más destacados del país, y como ha destacado el propio Ayuntamiento de Mijas “se prevé que siga creciendo en los próximos años, situando a Mijas y a la Costa del Sol como epicentro de la buena música y la cultura”. Las fechas son ideales para disfrutar de la música en directo sin demasiado calor, la organización y los artistas han estado sobresalientes, y el entorno es muy acogedor con buen acceso. Esperamos con ganas la tercera edición, ¡repetiremos seguro! Las fechas para la próxima cita son el 29, 30 y 31 de agosto de 2024.