Entre nubes y chaparrones se celebró una exitosa novena edición del Festival Gigante en Alcalá de Henares. A lo largo de tres días, el predio de La Huerta del Obispo recibió a algunos de los nombres más destacados de la actual escena indie y rock de España: Karavana, Rufus T. Firefly, Arde Bogotá, Shinova, Dani Fernández y Viva Suecia.
El Festival Gigante propuso una cuidada selección de artistas entre los que combina nombres de trayectoria con nuevos talentos que están listos para los grandes escenarios. La curaduría está hecha de una forma en la que, si te gusta el cabeza de cartel, seguramente disfrutarás de todo lo que se proponga en la jornada.
La Huerta del Obispo brinda un entorno histórico con un encanto particular que genera mayo sensación de proximidad. No es un mega festival, ni pretende serlo. El predio tiene una dimensión ideal para ir rápidamente de los escenarios principales hasta los foodtrucks y el escenario Vibra Mahou donde se encuentran los artistas emergentes. La disposición de los stands publicitarios no molestó a los que asistieron a ver los espectáculos y el VIP ofreció un espacio con beneficios sin ir en desmedro del resto del público.
El pronóstico del tiempo fue uno de los protagonistas indeseados del cartel. El primer día no generó conflictos, en el segundo hubo un breve amago de lluvia, pero recién se hizo presente en el tercer día. Desde la organización permitieron el ingreso de paraguas al predio, algo que hizo tolerable estar allí durante todo el día. Eso sí, fueron un problema para las personas que se encontraban más alejadas.
Uno de los shows destacados del jueves 31 de agosto fue el de Arde Bogotá. Los murcianos no perdieron la oportunidad de dar vuelta Alcalá basándose en la potencia de sus canciones. La gira presentación de “Cowboys de la A3”, su nuevo disco, ha posicionado al cuarteto como los nuevos líderes de su género. Una base instrumental sólida, letras sensuales y la voz de Antonio García fueron la clave para adueñarse del verano de 2023.
Al día siguiente, Rufus T. Firefly deslumbró al público con un show sutil pero impactante. Sin mayores artificios que sus instrumentos, desplegaron melodías hipotecas que mantuvieron al público pegado al escenario. Otro punto de la jornada fueron los uruguayos de No Te Va A Gustar, los únicos internacionales del evento. Al principio les costó congraciarse con un público que no estaba ahí por ellos, pero a lo largo del set fueron ganando adeptos hasta lograr despedirse con todo el mundo a los saltos. A mitad del show invitar a subir al escenario a Gabri de Shinova para cantar “Ese Maldito Momento”.
El tercer día estuvo signado por la lluvia. Esta se hizo presente a los pocos minutos de empezar el show de Alba Reche y persistió toda la noche. La ex OT llegó junto a una sólida banda de talentosas músicas que la acompañaron a lo largo de su ecléctico repertorio.
La jornada tuvo dos platos fuertes bien marcados: Veintiuno y Viva Suecia. Los primeros salieron a escena con sus trajes negros a desplegar la batería de hits que tienen para ofrecer. Los segundos contrastaron con sus camisas hawaianas y una impactante puesta en escena. Los suecos presentaron el show más trabajado en la parte visual, algo que se agradeció al tener la visibilidad reducida a base de paraguas. Sobre el final se dio la combinación de ambas bandas para interpretar “El Bien”.
A lo largo de los últimos años el festival se ha caracterizado por ser un buen radar de las bandas que darán el pelotazo la próxima temporada estival. Haciendo un poco de futurología, algunos de los nombres que pueden dar el salto para el 2024 son: Lusillón, Cosmic Wacho, El Nido, Marta Movidas y Menta.
De este grupo de bandas el sonido más rockero lo aporta Menta. Su propuesta es clara: impronta guitarrera, una presencia fuerte de teclados, ritmos punk y letras crudas. Al igual que muchos de sus contemporáneos españoles, Menta relata historias nocturnas de consumo y desamor. Si buscamos mover las caderas al ritmo de una cumbia tenemos la opción de los malagueños Cosmic Wacho. El dúo mezcla bases electrónicas con percusión y ritmos latinos para lograr canciones que nos sirven para disfrutar entrada la noche o en una tarde de cervezas tranquilas.
Lúsillon es una de las artistas más interesantes de la escena pop madrileña. Su disco debut “Pensando Mucho Y Mal” nos trae un puñado de canciones que son hijas de su época, pero a su vez se escapan de la obviedad propuesta por gran parte del bedroompop. La presentación en formato trío mantiene ese toque electrónico de la grabación, pero potencia cada pieza. En contraposición, tenemos el toque folk de los burgaleses de El Nido. Este grupo de chicos revitaliza la tradición folclórica de Castilla con instrumentos típicos pero con miradas nuevas.
El sonido más difícil de encasillar es el de Marta Movidas, le cae tan bien la etiqueta del indie como la del punk o el pop. Letras de experiencias adolescentes narradas con crudeza y sin ingenuidad.