La semana pasada tuvimos el placer de asistir al Canela Party, festival malagueño en Torremolinos que desde el año pasado tiene lugar en el Recinto Ferial de la localidad. Un emplazamiento bien situado, no muy lejano del núcleo urbano, y con una organización que sólo podemos clasificar de ejemplar. Pocos eventos de nuestro país pueden presumir de saber gestionar con tanta cabeza los percances que lamentablemente han ocurrido este año, y además saber complacer a todos los asistentes. Os lo contamos.
Miércoles 23 de agosto
Empezamos con la jornada inaugural, un día más calmado que no deja de tener grandes propuestas pese a ser gratuito y ser un día más familiar. El pistoletazo de salida para nosotros lo dio Repion, que dieron un concierto muy animado donde primó su último disco homónimo, aunque no se olvidaron de temas más antiguos pertenecientes a Amapola Dueles. El siguiente bloque lo vimos del tirón (como agradecemos que no haya solapes) con La Trinidad, que jugaron en casa y ofrecieron un bolo bastante decente, y presentando su reciente disco Sheriff Playa, que definió toda la setlist.
Tras esto decidimos cerrar la noche acercándonos a Nilüfer Yanya, una de las primeras propuestas internacionales del festival. Lamentablemente, sentimos que hubo muy poca conexión con el público y su repertorio no ayudó, con temas de PAINLESS y poco de sus anteriores trabajos. Creemos que con un balance mayor la artista británica hubiera dado más que hablar, pero se quedó en un quiero y no puedo.
Jueves 24 de agosto
Ahora sí, teníamos ante nosotros el primer gran día del festival ante nosotros. Nos esperaba una larga velada con algunos conciertos bastante intensos, y vaya que si lo fueron. Pero los primeros no tanto, ya que la calor impidió que un grupo post punk de nueva ola como Los Yolos brillara (más bien oscureciera) a los asistentes con sus melodías decadentes. Ellos estuvieron genial (y sus visuales también) pero la hora no acompañaba para nada y las temperaturas no animaban a un público que se intentaba resguardar donde podía en la sombra. Para el año que viene, más zonas de sombra no vendrían mal.
El sol por suerte ya se ocultaba al poco tiempo con el siguiente grupo, Pantocrator, que afirmaban que venían sin lista de canciones y fueron un verdadero disfrute. Buen rollo, todos sus hits, una conexión con el público entrañable y un tono cercano genial hicieron que fuera una de las mejores opciones nacionales del día. Perdérselos no era una opción, y mucha gente ya se acercó a echarles un vistazo. Como Pony Bravo, que también dio un concierto destacable.
Les siguió ya la vertiente internacional con Karate, unas leyendas en el escenario. Los riffs de guitarra y clásicos de su álbum homónimo impregnaron el ambiente de una vibra noventera que ya encantó a muchos allí presentes. Pero la tralla solo estaba a punto de comenzar, y la antesala fue Dry Cleaning, una banda excéntrica pero interesante de ver en directo. Transmiten una energía muy curiosa que juega con el spoken y las guitarras más distorsionadas, dando una amalgama de sonidos poco vista por España.
Y es que nadie nos preparaba para la primera locura atronadora del Canela: black midi, que reventaron el escenario Fristo y dieron estampas para el recuerdo, con asistentes dando volteretas en medio de los pogos y una estampa visual en el escenario impresionante. No estábamos recuperados de empaparnos de sudor (equivalente a una sesión de cardio en el gimnasio) y shame llegaron para ofrecer uno de los mejores conciertos de todo el festival sin lugar a dudas. Presentando su último álbum, Food for Worms, animaron a un público que ya estaba destruido físicamente del concierto anterior, lo cual tiene muchísimo mérito. Acabamos la jornada con Squid y Joe Unknown, derrochando todavía más talento británico en Torremolinos.
Viernes 25 de agosto
El día anterior estuvo bien, pero este apuntaba maneras. Empezando con Mausoleo, que al igual que Los Yolos, estaba claro que a esa hora no pegaban ni con cola, con un post punk verdaderamente oscuro que lucía poco con el sol. Los que si brillaron (y fue un bolo precioso) fueron Las Ligas Menores, que celebraron toda su discografía. Realmente fue una banda que casaba de maravilla con los momentos de abrazos y confeti. Le siguieron Sorry, que pese a no generar tanto entusiasmo en los que se acercaron, tuvieron varios momentos memorables, como en su gran hit, Starstruck.
La noche la siguió la intensidad de Porridge Radio, en la que la voz desgarrada de Dana Margolin, su cantante, nos ponía los pelos de punta y The Notwist, grupo de la adolescencia para muchos. Aunque luego se dio paso a un talento mucho más reciente y que se posiciona en este indie rock con una voz icónica: Snail Mail hacia su aparición con la noche ya entrada, y nos regaló un concierto muy cuco. Destacaron temas de su último álbum, Valentine, y no se olvidó de Lush, el trabajo que le catapultó a la fama. Sin embargo, la británica fue la antesala perfecta para lo que venía después, que probablemente fue el mejor pitote de todo el festival. Osees llegó para destruir, arrasar y dar un bolo a doble batería que muchos disfrutaron como verdaderos locos. Venían presentando Intercepted Message, su último trabajo, y verdaderamente nos interceptaron a su universo de locura que mezcla el rock psicodélico, el punk y un indie rock verdaderamente enternecedor. Fue una verdadera experiencia que nos recordó que miran a la cara a gigantes de su escena como King Gizzard and the Lizard Wizard y no se achantan en absoluto (es más, le preceden).
La noche siguió de forma curiosa, pues se apostó por escena nacional tan variada como Biznaga, Bala y Perro, que dieron conciertos intensos e interesantes pese a que la hora no es a la que estamos acostumbrados. Esperamos que más festivales se atrevan a programar de esta forma, es muy curioso ver a grupos así a esta hora. ¿Hubiera estado bien ver a Mausoleo en algunos de estos huecos? También.
Sábado 26 de agosto
Seamos honestos: las otras jornadas fueron muy majas, pero esta iba a muerte a ser una de las mejores de la historia del Canela Party. Muchos grupos esperadísimos, una apuesta nacional internacional y nacional muy atractiva, y por supuesto disfraces, muchos disfraces y fantasía por doquier. Lamentablemente, la cosa no fue genial del todo (y no por culpa de la organización o los grupos).
Empezar con Alavedra a esta hora (18h-19h de la tarde) simplemente perfecto. Este si es un grupo ideal para esta hora, y la montaron bien montada. Le siguió ya directamente una propuesta curiosa internacional como Lime Garden, que no recibió muchos asistentes pero fueron majísimas pese a no tener demasiadas canciones. Además era su primera vez en España, y estaban muy contentas de la recepción, había algunos cantando las canciones. Y este pequeño testeo internacional, aunque fue una sorpresa, nos llevó de nuevo con La Paloma, que iban disfrazados de gambas, se tomaron muy a pecho el no ir disfrazados de palomas. Disfrutamos bastante del grupo, pero no todo parecía bien. Aquí ya empezábamos a ver algo de viento en la pantalla y el escenario Jarl, con algunos técnicos tocando cuerdas para mejorar la estabilidad de la estructura.
Las sensaciones continuaron con Mujeres, que empezaron de escándalo (momentazos y pogos en Rock y Amistad tras la cancelación repentina del año pasado) pero la tragedia vino con más viento, y lamentablemente, a 3-4 canciones de acabar, tuvieron que cortar el concierto para garantizar la seguridad. Al poco tiempo desalojaron, y Crack Cloud y Triángulo de Amor Bizarro finalmente tuvieron que ser cancelados. Una verdadera lástima, pero la organización fue ejemplar. En todo momento informaron de la situación por redes sociales, y su público igual, montándose sus propios pitotes en las afueras del recinto. Lo de la peña flamenca fue histórico, por favor que programen algo allí el año que viene.
Finalmente a las 00:00h abrieron de nuevo puertas al calmarse el temporal y volvieron por todo lo alto: los esperados King Gizzard and the Lizard Wizard al fin hacían acto de presencia, en un concierto con temas de casi todos sus discos, en el que tampoco se olvidaron de Rattlesnake. Flotadores, ballenas hinchables y auténticas locuras volaban entre los disfraces del público en un bolo para el recuerdo. Después de esto, los horarios se trastocaron un poco, y siguieron Carpenter Brut (ver la banda sonora de Hotline Miami en directo es impresionante) y Cave In, que pese a ser el grupo de sonido más heavy del festival no supo motivar a un público que ya estaba agotado tanto física como mentalmente de la jornada. Acabamos con Les Savy Fav, con un showman como Tim Harrington que sacaba una escalera en medio del público o se arrastraba en una alfombra roja improvisada mientras interpretaba Let’s Get Out of Here. Un verdadero espectáculo.
Y eso fue todo el Canela Party. Un evento con percances el último día pero que sigue tratando a su público de forma increíble, con buenos precios, buenas instalaciones y un aforo cómodo para nada masificado. Muchas organizaciones de nuestro país deberían de aprender de ellos.
Foto de Jose A.Albertos y Javier Rosa