Cuando vienes de llenar un WiZink ya nada te sorprende… O quizás sí. Una tormenta de verano que amenazaba con poner fin a una jornada más en el festival de las Noches del Botánico podría acabar -sin ni siquiera haber empezado- el concierto de los de Denver.
Sin embargo, aquel día lluvioso acogía a un mar colorido de chubasqueros que rozaba el ‘sold out’ por segunda noche consecutiva en el Real Jardín Alfonso XIII de la Universidad Complutense de Madrid: nadie se quería mover de allí pasara lo que pasase.
Echamos la vista atrás al Mad Cool de 2017 en la Caja Mágica, solo que esta vez nuestros pies agradecían tocar césped pese a ser artificial, para ver todo lo que, literalmente, había llovido desde entonces: concretamente dos álbumes de estudio: “III” y el actual que, además, daba nombre a su gira, “Brightside” (2022, Decca Records), haciendo de éste su show número 102.
Fue precisamente con la canción que da nombre al disco con la que la banda estadounidense decidió abrir su show. Atrevidos y agradecidos, cantaban bajo la lluvia incesante acompañados de un público fiel, mojado y emocionado: así fue el ‘modus operandi’ también durante “Cleopatra” y “Ho Hey”.
Encontrando en el escenario su refugio, desde éste y para todo el que se quisiera unir a ellos, también encontraron hueco para volver a sus inicios (“Flowers In Your Hair”) y rescatar clásicos que nunca pasan de moda, como la triada femenina de “Angela”, “Gloria” u “Ophelia”, al igual que tuvieron tiempo, casi hora y media de directo, para interpretar las más recientes; desde la trágica y emotiva “Where We Are” hasta la visceral y sentida “Never Really Mine”o “Birthday”, esta última con motivo del cumpleaños de un miembro del sonido de su equipo.
Eso del ‘one hit wonder’ no existe para The Lumineers. El apogeo musical de “Ho Hey” o “Stubborn Love” -con la que pusieron el broche final al concierto- no hicieron más que servir de precedente para hacer de The Lumineers una de las figuras clave de la música folk-rock contemporánea.