La banda de rock inglesa Shame lo dieron todo en un concierto frenético el pasado lunes 20 de marzo en La 2 de Apolo. Vinieron a presentar su fantástico tercer álbum “Food For Worms”, lanzado hace un mes, y a tocar otros temas de su discografía que ya están certificados como clásicos entre los fans.
Después de que el dúo de hip-hop americano They Hate Change animaran el ambiente con sus temas rítmicos, los rockeros finalmente salieron al escenario acompañados de gritos de apoyo de los seguidores. Arrancaron la noche con su nuevo tema “Alibis” y el público se sumergió instantáneamente en el caos sonoro y la energía del grupo que irrumpió en la sala.
Muy esperado fue el momento en que tocaron “The Lick”, canción con la que el cantante Charlie Steen se tiró al público y se colgó del techo antes de surfear de vuelta al escenario. La noche siguió con otros temas que dejan brillar el talento de los instrumentistas, que con sus estruendosas guitarras acompañadas de la voz desgarradora del vocalista caracterizan tanto a Shame.
Durante canciones como “Tasteless” y “Born in Luton”, el sudor corría por los rostros mientras tanto el grupo como el público saltaban y se movían sin descanso en el escenario y la pista, sumidos en la emoción del momento. Y a medida que avanzaba el concierto, la atmósfera se volvía aún más frenética.
El caos reinaba en el escenario y en la multitud, pero no hubo ni un momento en el que la banda perdiera el control. Finalmente cerraron con el impresionante “Snow Day” y “Gold Hole” por todo alto, con el público sujetando los pies del cantante como si de un dios se tratara para que este pudiera caminar por encima.
Los miembros de Shame estaban en su elemento, mezclando melodías abrasadoras con letras conmovedoras y creando así un espectáculo enérgico al que los fans se entregaron por completo. El concierto fue, en resumen, una experiencia caótica pero genial. Está claro que el rock sigue vivo y vibrante en las manos de grupos como Shame.
