La pregunta era más que palpable: “¿Quién es ese tal Billie Max que está montado en una montaña rusa con los brazos levantados y con una sensación de felicidad permanente?”. Bien, pues la respuesta es la siguiente: Billie Max es una cosa que se ha inventado Ginebras para dar sentido a todos y cada uno de los innumerables éxitos que les ha ocurrido a estas cuatro artistas desde que decidieron entregar su alma a la música. En cuestión de tres años, y con solo un disco en el mercado, Ginebras ha alcanzado una popularidad máxima hasta situar su nombre en el top de las bandas más importantes del pop rock español actual.
Además de todo ello, se palpa una madurez que no había aflorado en anterior disco, ‘Ya dormiré cuando me muera’. Ya se sabe, la perfección es imposible alcanzarla, aunque uno puede acercarse lo máximo a ella con tesón y mucho sacrificio. Y ahí entran los conciertos, recorrer el país de punta a punta todos los fines de semana. Es ahí donde el público descubre nueva música. Ginebras lo supo, y es por esta razón por la que han tocado en la mayoría de los festivales hasta la fecha. Y todos los que vendrán.
Magüi, Sandra, Juls y Raquel han creado un cóctel explosivo, pegado a lo que el público quiere y desea en la actualidad, esto es, letras sencillas a la par que divertidas, y que encajan a la perfección con los sentimientos de toda una generación. Eso no quiere decir que, musicalmente hablando, Ginebras se alejen de la calidad. Nada más lejos de la realidad. Y la prueba está en este segundo trabajo que ve la luz este viernes. Canciones positivas, bailables y enfocadas al directo. A que el público se lo pase bien.
El Teatro Eslava fue el escenario perfecto para que dichos temas salieran del estudio y fuesen presentadas fuera de él. Un debut que dejó una sensación dulce. De ir a por más. Cierto es que era lo más parecido a tocar en el salón de casa. Una multitud entregadísima desde el primer segundo. Que dio por bueno cada acorde de guitarra, cada bombo-caja de batería, cada línea de bajo y cada palabra cantada que salía de la boca de Magüi.
Alex Turner fue la que rompió toda la calma que aún reinaba en el ambiente. Una puesta en escena basada en los colores chillones de las cuatro protagonistas. “Buenísimas noches”. A partir de ese momento la sorpresa jugó un papel crucial. Canciones que nadie conocía ni había escuchado previamente, pero que fueron recibidas de una manera espectacular. Con una presentación previa de cada una de ellas, todo marchaba a la perfección.
Los asistentes descubrieron una expresión para ser utilizada en todos los ámbitos de la vida: Rapapá, a resucitar a Elvis cuando se desempolva un disco o vinilo del fondo de la estantería, a mostrar siempre la gratitud con Muchas gracias por venir, grabada en los míticos estudios Abbey Road, o a odiar como si no hubiera un mañana al primer día de la semana con Lunes negro, esta última con los chicos de Karavana sobre las tablas. Por supuesto que no faltaron los que ya son clásicos de las pistas de baile: Paco y Carmela y La típica canción, para completar un setlist nuevo en su mayoría, pero que promete dibujar muchas sonrisas durante la gira de presentación.
El segundo disco de Ginebras ya es una realidad. Que cada cual lo escuche y obtenga sus propias conclusiones. Lo que resulta innegable es que ‘Quién es Billie Max’ es lo más parecido a olvidar durante cuarenta minutos todos los aspectos negativos que tormentan en el día a día. La ecuación resulta, a priori, sencilla: unos cascos o un reproductor de audio, un asiento cómodo, un cierre de ojos y a disfrutar y a darse cuenta de que la ilusión y la felicidad mueven montañas.
Crónica: @marioodjm
Reportaje fotográfico: @espe_dm
Fotografía: Esperanza Duarte
