El grupo francés La Femme revolucionó La Riviera en su visita a Madrid el pasado 18 de enero. La formación liderada por Sacha Got y Marlon Magnée llegaba tras hacer sold out en Barcelona y no defraudaron en la capital. Las luces, los hologramas y la psicodelia se adueñaron de la sala de conciertos en una noche mágica.
No eran aún las 8 de la tarde cuando decenas de personas ya entraban a la sala. Bajo la luz azul de La Riviera se podían apreciar las boinas, bigotes, pelos de colores, gafas de pasta y estampados que iban de las clásicas rayas al atrevido animal print, un ambiente que presagiaba lo que se venía.
Primero llegó el turno de la descarada Sam Quealy y su techno erótico. Vestida con un corsé negro y una falda de colegiala, la artista regaló una actuación llena de contorsionismo, volteretas y bailes al más puro estilo RuPaul. Empezó con «Sad Summer Nights«, a la que siguió la sensual «Groovy Jungle» y cuando llegó el turno de «Klepto» la falda voló. Además cantó en exclusiva la demo de un tema del que solo dijo: «This is an unreleased song about blowjobs».
Con el ambiente más caldeado llegó el momento más esperado. A las 9 y 20 de la noche aparecieron los integrantes de la banda vestidos con unos trajes blancos y negros que parecían sacados de los años 70. La tómbola de luz y color de La Femme comenzó con «Fugue Italienne», uno de los temas de ‘Teatro Lúcido’, su último álbum.
Tras la puesta en escena llegaron «Packshot» y «Où va le monde», en la que Sacha Got se lanzó al público por primera vez. Les propongo un juego: contad las veces que Sacha se tira al público a lo largo de la crónica, se sorprenderán. Con un público entregado, las palmas en «Cool Colorado» fueron un instrumento más.
La siguiente canción fue «Le Jardin», un tema dedicado a los enamorados. Y tras ella «Sácatela», con la que los asistentes a La Riviera enloquecieron y se produjeron los primeros pogos y empujones. Después de «Mycose» y «Nous étions deux», Sacha Got volvió a abalanzarse sobre el público en «Foutre le bordel».
La locura se prorrogó con «Antitaxi», a la que se sumó Sam Quealy, quien se tiró al público junto a Sacha, otra vez. Es increíble cómo las gafas de pasta del artista francés aguantaron intactas durante todo el concierto. Mientras, Marlon tocaba el teclado como si se tratara de una guitarra eléctrica.
Además de los teclados, La Femme contó con diversos instrumentos, desde las maracas y las panderetas al theremín pasando por la flauta travesera para «It’s time to wake up 2023». Unas combinaciones que solo podrían provenir del grupo francés. Y por cierto, Sacha volvió a lanzarse al público.
Tras un amago de despedida, Sacha Got gritó «¡Viva la electricidad!». En la recta final del concierto fue el momento de «Y tú te vas» y «Resaca», en la que Sacha no se abalanzó sobre el público una vez, sino dos. Si antes se habían mencionados los pogos, ahora tocó el momento de hacer un wall of death. Sam Quealy se encargó de dividir al público en dos mitades para que en el estribillo de «Paris 2012» chocasen entre ellos. Por suerte, todo salió bien.
Pero el público de La Riviera pedía más y La Femme les regaló un último «Sacátela», que a veces se volvía a capela entre los asientes y el grupo. Y con una canción llena de connotaciones sexuales, La Femme puso fin a una noche llena de luz y psicodelia. Si han llegado hasta aquí les digo la solución al juego de Sacha: 6 veces. 6 veces en las que el artista abandonó el escenario para mezclarse entre el público y formar parte de esa marea humana.
Foto principal: Luciano Billone.