L a banda madrileña de garage punk Camellos regresó la noche del jueves a su ciudad en un concierto frenético acompañados de muchos amigos. La Riviera acogió la visita de este carismático grupo en su gira de presentación de ‘Manual de estilo’, su último álbum.
Antes de comenzar el concierto, decenas de fans esperaban brindando con litronas y pitis en los aledaños de la sala de conciertos. “He tenido que coger un tren de tres horas”, comentaba María, que había venido expresamente desde Palencia para ver a Camellos por primera vez. “Conociéndoles sabemos a lo que venimos y no nos van a defraudar”. No faltaron los fans incondicionales, como Miguel, que ya había visto al grupo en tres ocasiones, comentaba que lo que más le gusta de Camellos es su actitud y sus irónicas letras.
Con las expectativas por las nubes y ganas de pasárselo bien, los hooligans de Camellos esperaban ansiosos la aparición de Frankie, Fer, Tommy y Jorge. A las 21.00 horas, las luces de La Riviera se oscurecieron mientras se escuchaba por megafonía “Se buscan personas prudentes y responsables, trabajadoras, honestas, asustadas del peligro”. El concierto estaba a punto de comenzar.
La noche comenzó con ‘Ejecutivo estresado’, que sirvió de entrante para lo que se vendría más adelante, aunque por suerte a nadie le dio un “marichalazo”. Seguidamente llegó “Peligrosamente”, uno de sus últimos temas. “Esta es para cuando los papás se dicen adiós”, anunciaba Fer para introducir ‘Divorcio’, que se presentó antes del estreno del último disco.
Llegaron los saxos y los primeros artistas invitados. Javi Ferrara, de Parque Sur, se encargó de uno de los himnos de la noche, ‘Mazo’: “Ya tenía ganas de volver a la ciudad indie, ciudad indigente”. Después, le continuó Marina, de Repion, que cantó ‘Compañera de piso’. Tras tocar ‘Pesadilla en el hotel’ y ‘Cambios de humor’, los saxos se retiraron para dar paso a ‘Sorpresas’ y ‘Horrorlandia’. “Empieza la melancolía”, bromeaba Fer.
“Esta es nuestra city”, gritaban los Camellos y su séquito en ‘Planeta Caballo’ antes de que el ambiente se tornase más íntimo, dejando a los cuatro integrantes de la banda solos en el escenario. Fer, al piano, tocó una versión de ‘Tentaciones’, a la que siguió ‘Avances’, de su primer disco. “Esta canción es para cuando coges los muebles y te vas. Son días de mierda absoluta, en los que no ves el final”, así anunciaba Fer ‘Mudanza’.
Volvió la normalidad a La Riviera con ‘La hora llorar’. Siguió la nostalgia con ‘Telmo y Luis’, la cual no tocaban desde hace tres años y ‘La caja de pino’. Los pogos y las mareas humanas ya eran una constante durante todo el concierto. Martín Vallhonrat, de Carolina Durante, se presentó como “No soy lo que queríais pero soy lo que tenéis” para cantar otra canción icónica, ‘Gilipollas’.
Una señal de precaución por obras, que tanto se suelen ver por Madrid, sirvió de percusión a Frankie para cantar ‘Healthy’. Seguidamente se vivió uno de los momentos de la noche. Tras tocar ‘Tarde de cine’, Jorge se volvió loco y se dio un baño de masas al grito de “¡No me cuenten pelis!”. El caos era absoluto entre el público.
Aparecieron los últimos invitados de la noche: Ritxi Naval a la guitarra y Joe Crepúsculo acompañaron a Camellos en su tema más reconocido, ‘Arroz con cosas’. “Esta no sé si os va a sonar”, decía Fer. Uno de los highlights del concierto sin duda. El broche final llegó de la mano de ‘Becaria’, ‘Es tan 2020’, ‘Café para muy cafeteros’, y finalmente cerraron la noche con ‘Que sobrabas’.
Un concierto marcado por la infinidad de pogos, empujones, agarrones, pisotones, gritos, bailes… Nada cómo volver a casa para disfrutar con tu gente.