Pasadas las 21, en un escenario de ensueño, salió Aurora a brindar su primer show en Madrid. La cita fue el domingo 11 de septiembre en Warner Music Station de Principe Pío, un nuevo e interesante venue que se abre en la ciudad.
El show estuvo marcado por el ambiente etéreo que se generó en la sala al combinar los sutiles juegos de luces, las vestimentas blancas de los músicos y las ofrendas florales que el público le hacía a Aurora. La artista demostró ser una gran performer. Cada canción se transformaba en un pequeño bloque de unos minutos en el que se explotaba un sentimiento diferente.
Las tres primeras canciones del show estuvieron centradas en mostrar su nuevo álbum The Gods We Can Touch. El comienzo encadenó The Forbidden Fruits of Eden, Heathens y Blood in the Wine. Esta primera parte tuvo un tono más solemne, de fuerte conexión con un público que escuchaba en silencio.
Este clima cambió cuando empezó a encadenar los hits de sus trabajos anteriores. Comenzó con Churchyard, aquí el público se soltó un poco para empezar a bailar y corear. A esta le siguieron Warrior y The River, en la que, como era de esperarse, estuvo uno de los picos de euforia del show. Luego fue el turno de Cure For Me y Daydreamer. Este bloque fue muy enérgico, con un público mucho más participativo.
Para cortar con esto se bajaron los decibeles con canciones más tranquilas, en las que la mitad de la banda salió del escenario. Con largas presentaciones antes cada canción, sonaron Daydreaming, Potion For Love, una versión acústica de Temporary High y A Dangerous Thing. Este bloque estuvo marcado por el tono intimista y reflexivo.
Para comenzar con la recta final del show, Aurora decidió cantar su mayor hit: Runaway. Como era de esperarse, el público reaccionó con gran emoción y acompañándola con el canto. A esto le siguieron potentes interpretaciones de The Seed, Appletree y Running With Wolves. Esta última fue el clímax de la noche, con un público enardecido frente a una artista que se entregó totalmente al público.
El cierre de la noche estuvo a cargo de Exist For Love. Esta primera visita marcó el comienzo de una comunión entre Aurora y el público madrileño que seguramente se irá agigantando hasta las arenas más grandes.