Cuando anunciaron el festival en noviembre del año pasado, desde el primer momento supieron atraer a muchísimo público con un sólo nombre: Arctic Monkeys. El grupo de indie rock británico es una verdadera sensación entre muchos sectores, desde adolescentes que han descubierto ahora el grupo a adultos que disfrutaron de sus primeros discos. Sin embargo, el evento no sólo era esta gran banda, y desde Last Tour, los organizadores del BBK Live, han demostrado elegir un repertorio en el que realmente destaca la electrónica por encima de todo.
Jueves 1 de septiembre
Nada más comenzar, este era el gran día para muchos. Evidentemente, actuaban los monos, y era inevitable que muchos asistentes se agolparan cerca del escenario Sunrise desde primera hora para vivir la que sería la cita imprescindible de la noche. Nosotros optamos por ver otros grupos antes, porque al final del día un festival está para disfrutarlo lo máximo posible (aunque no podemos negar que Alex Turner y compañía tenían mucho tirón).
Con esto en mente, empezamos con Inhaler en el escenario Victoria (nos hubiera gustado llegar a la Albany pero no pudo ser). Los irlandeses supieron contentar a su público con It Won’t Always Be Like This, su último trabajo, aunque lamentablemente no había tanta gente para verlos. Donde si había muchísima más audiencia reunida era en Blossoms, el primer bombazo del día. La banda de rock inglesa liderada por Tom Ogden superó las expectativas de muchos que sólo venían por Arctic Monkeys, gracias a una energía que pocas veces se ve en festivales.
Para coger buen sitio luego, en el escenario contiguo decidimos dedicarle nuestro tiempo a Sen Senra, uno de los artistas españoles más interesantes de los últimos años. Me sorprendió bastante su puesta en escena, dominada por luces y humo en grandes cantidades. Ya no te hago falta, No me sueltes más y Perfecto son algunas de sus grandes canciones, con unos fans muy dedicados que coreaban cada letra.
Finalmente llegó el gran momento, y tras algo de tensión esperando a que tocaran, la banda de Sheffield salió a escena en el escenario Sunrise. Alex Turner destacaba absurdamente por encima del resto de integrantes de la banda, más que nada por un porte y carisma dignos de rockstar de los años 80. He de confesar que venía con las expectativas bajas tras algunos comentarios que los tachaban de sosos, pero salí bastante sorprendido con los «muchas grasias mijas» y el buenrollismo que desprendían en cada canción. No faltaron pogos en The View From the Afternoon, Why’d You Only Call Me When You’re High? o I Bet You Look Good on the Dancefloor, y maravillaron a los fans de AM con una versión de Knee Socks que aceleraba el ritmo al final de una forma muy acertada. Tras el típico bis, One Point Perspective, Arabella (con un final tomando tributo a War Pigs de Black Sabbath) y R U Mine? cerraron un concierto que estoy seguro que muchos de los allí presentes recordarán para toda la vida.
También creo que es un hecho que muchos asistentes abandonaron el recinto frente a semejante bolazo, pero aguantar un poco más era una decisión acertada. Tras disfrutar de algunos temazos de Chet Faker, como Gold o Trouble With Us, decidimos probar al fin el Basoa mijeño: La Caleta. Un sistema de sonido con unos bajos muy fuertes presidían un escenario que aunque no trasmitía sensaciones tan fuertes como las de su hermano mayor bílbaino, si que resultaba un punto de encuentro clave para los fans del techno. Lo vimos de primera mano con una sesión de Josey Rebelle en la que brilló este género, con unas transiciones breakcore que volaban la cabeza. Tras terminar y quedarnos algo mareados de la experiencia, tocaba descansar, que todavía quedaban días de festival.
Viernes 2 de septiembre
El día anterior no bajamos al escenario gratuito de La Playa, localizado en el Torreón de la Cala de Mijas, pero el viernes teníamos una cita imprescindible con la electrónica ravera de Plasaporros. Su directo es absurdamente divertido, con unas letras algo subidas de tono pese a estar rodeados de familias, restaurantes y chiringuitos. La situación era sin duda bastante cómica. El mayor apunte que podemos sacar es que tocaron una versión propia de Odiar Frontal de VVV [Trippin’you], que esperemos que saquen pronto.
Con las fuerzas repuestas tras comer por Mijas, nos dirigimos al festival para encontrarnos con la dualidad de Chico Blanco/Nick Cave and the Bad Seeds. Al final decidimos ver un poco de ambos. A Chico Blanco lo vimos algo apagado en su actuación, aunque temas como WTF Is In My Cup encajaban a la perfección con lo que era el escenario La Caleta. En contraposición, Nick Cave fue uno de los mejores conciertos del festival sin lugar a dudas, por no decir el mejor. Fans muy cercanos al escenario agarraban constantemente al artista australiano que no para de interactuar con el público. Bromas con un chico que llevaba una camiseta de Kraftwerk, una potencia vocal increíble y temas muy sonados como Red Right Hand fueron algunas de sus claves.
Y hablando de electrónica, precisamente Kraftwerk era otra de las estrellas de la jornada. Agradezco haber conseguido gafas 3D para disfrutar de los cuidados visuales, porque si no la experiencia hubiera sido bastante distinta. Gracias a las mismas todo resultaba mucho más inmersivo, y temas musicales que a día de hoy pueden resultar algo monótonos consiguieron tener una dimensión única, para el recuerdo. Al acabar muchos coincidieron en que había sido una experiencia única en la vida.
La noche siguió con esta tónica (aunque más actual) con los ya míticos The Chemical Brothers. Los vi en el BBK Live 2018 y me maravilló el salto visual que han conseguido en estos años. Aprovechamiento de la triple pantalla del escenario Sunrise, dos robots gigantes lanzando láseres por los ojos y un espectáculo de luces trabajadísimo impresionaban de forma indiscutible. Por cambiar de género probamos con El Columpio Asesino, que si bien no estuvieron mal, creo que les faltó algo de gancho.
Nos quedamos hasta el cierre, porque hubiera sido un delito perderse el B2B de 2manydjs, Tiga y Dave P. Una auténtica maravilla en la que tuvo cabida hasta una versión techno de Bizcochito, para posteriormente ver como John Talabot cerraba por todo lo alto en La Caleta.
Sábado 3 septiembre
El día anterior nos demostró que este festival era mucho más que Arctic Monkeys, y el último día vino para reafirmarlo. Decidimos empezar con Nathy Peluso, que brilló por sus bailes, su energía en el escenario y una actuación magistral de DELITO. Tras ella, James Blake vino a regalarnos una velada con temas nuevos y algún que otro clásico. Cerró con su ya conocida cover de Goodspeed de Frank Ocean, emocionando a más de uno.
Luego le tocaba el turno a Liam Gallagher, que venía en jet privado a toda prisa tras dar un concierto el mismo día. El hermano vocalista de Oasis lamentablemente dio un concierto algo olvidable, lleno de temas de su anterior grupo y un sonido muy bajo que no permitió que las canciones se disfrutaran como deberían. El mal trago nos lo quitó Caribou, que sonaron increíbles en el escenario Renault.
Después de flipar con la locura visual y la presencia en el escenario de los noruegos Röyksopp, cerramos con broche de oro con Nina Kraviz. La DJ rusa nos brindó una sesión de dark techno y trance en constante movimiento, en la que se notaba que disfrutaba a cada minuto.
Y eso fue todo del Cala Mijas, el que ya podemos afirmar sin despeinarnos que es el BBK del sur. Si sois andaluces, es bastante probable que ya no tengáis que subir a Bilbao para disfrutar de una experiencia con la misma esencia, y en la que destacó una vez más una organización digna de aplausos. Esperamos que la segunda edición esté a la altura.