Con una edición de 2019 esparcida por algunos parajes de Torremolinos, el Canela Party 2022 estrenaba nuevo emplazamiento, localizado en el Recinto Ferial del pueblo. Era un lugar típico para un evento de este tipo: asfaltado, pero con espacio suficiente para acoger un festival de media envergadura como este. El primer detalle que ya noté desde el jueves es que el aforo estaba pensado para evitar el límite posible, dando lugar a un espacio que era ideal para disfrutar de los conciertos. Todo esto rematado con un ambiente brutal, daban lugar a un festival muy amigable, pensado en la comodidad de sus asistentes.
Miércoles 24 de agosto
Estrenamos el evento con Mini Trees, una artista de Los Ángeles que llegaba a España presentando su último disco, Always In Motion. En este punto me di cuenta de una cosa que se repetiría en cada concierto: en un momento álgido del bolo, unos técnicos encendían una máquina de confeti llenando al público de papelitos de colores. Sin duda daba un tono festivo muy particular a cada artista, aportando identidad propia al evento.
Tras ver a Sugar Candy Mountain, que ya denotaba esa gran presencia de psicodelia en el cartel, acabamos este día de bienvenida con TORRES, que llevaba mucho sin venir a España. Estaba bastante emocionada, y lo dio todo.
Jueves 25 de agosto
Decidimos empezar el día fuerte con Aiko el grupo, una de las grandes sensaciones del panorama nacional gracias a un sonido punk-pop muy divertido y enérgico. Aquí ya hubo algún pogo, aunque el calor pegaba fuerte a las 19 de la tarde. Aun así, esto solo era un preámbulo de lo que se venía después. La psicodelia y el indie rock volvieron a estar presentes con los franceses Park, que fueron seguidos por The Haunted Youth. Ambos tuvieron una recepción bastante notable, pese a ser grupos extranjeros con un sonido poco comercial. La tarde-noche siguió con Chad Vangaalen. Con muchos conciertos a sus espaldas, el canadiense y su banda dieron un concierto muy de su tierra, con un sonido único y alguna que otra anécdota escatológica por el camino.
Tras un breve parón para comer, seguimos con la locura post-punk/electrónica de Sleaford Mods, que definiría bastante el plantel internacional de este año: británicos muy británicos diciendo palabrotas y siendo extremadamente divertidos. En contraposición a ellos, y por sonido, no por diversión, les siguió el canario Bejo. Personalmente pienso que era el nombre más extraño que teníamos en todo el evento, pues no es que encajara precisamente con el sonido del festival. Aun así, su interacción con el público fue muy enérgica, hilando cada canción con anécdotas que mantenían atenta a su audiencia.
La noche empezó a ponerse fuerte de verdad con Derby Motoreta’s Burrito Kachimba. Presentando Hilo Negro, consiguieron numerosos pogos y un gran pitote final liderado por un wall of death. Se notaba que estaban contentísimos de estar en el evento, y fue apreciable en cada canción. Y lo que vino después con Califato 3/4 fue más de lo mismo, aunque con un estilo completamente diferente y un amor por Andalucía enorme. Hasta Dandy Piranha apareció en escena, para cantar una versión junto al grupo de Buleríâ del aire acondiçionao todavía más flamenca si cabe. El día acabo con La Élite, que más que pogos aquello era un caos marcado por un odio fuerte a la policía, al Estado y a todo, con un sonido synth-punk digno de cerrar el primer día.
Viernes 26 de agosto
La segunda jornada comenzó con una muy mala noticia: Mujeres cancelaba su actuación. Yago sufrió un latigazo en la prueba de sonido, y el grupo era sustituido por Los Manises, que actuaron a primera hora. Esto no impidió que nos esperara un día muy bueno, empezando con Chaqueta de Chándal. Alguna queja del grupo hubo por tener un concierto de sólo 40 minutos, pero no estuvo nada mal lo que ofrecieron, tocando sobre todo temas de Futuro, Antes Molabas, su nuevo disco. Sus colegas Medalla siguieron la tarde, con un concierto estupendo. Destacaron que llevaban esperando años que llegara el evento, y ahora venían con otro álbum bajo el brazo, Arista Rota, lanzado el año pasado.
El post-punk y algún que otro tímido pogo llegaron con Rata Negra, que confesaban no estar muy cómodos en un escenario tan grande. Sin embargo, dieron un bolo muy disfrutable y entrañable gracias a las vocales y un sonido muy fino. La velada siguió con Deerhof, que dio una actuación memorable marcada por unos riffs brutales y siguió con Preoccupations, dejándonos una vez más un post punk único en la escena. Aun así estos últimos confesaban estar algo nerviosos tras haber visto al grupo anterior debido a su puesta en escena.
La noche continuó con Pup, que acabó siendo una absoluta locura. He de confesar que estando cerca del escenario y por un leve descuido perdí mi móvil, aplastado por una muchedumbre que disfrutó de cada canción como si no hubiese un mañana. Los canadienses realmente estaban emocionados frente a semejante recepción, en la que brillaron temas como MVP o Totally Fine. Frente al shock de mi pérdida nos quedamos a Metz para ver el grupo con el sonido más devastador del festival para volver a dormir un poco. Había que prepararse para el día siguiente.
Sábado 27 de agosto
Ahora sí, era el día del la fiesta de disfraces, el gran atractivo del festival. Había de todas las cosas que pudieras imaginarte: una recreación del tiny desk de C. Tangana, el Inspector Gadget, un hombre con una televisión en la cabeza… Sin duda una propuesta muy particular, que aportaba un toque muy divertido para la faena de pogos que nos quedaba por delante.
Decidimos empezar con Camellos, disfrazados de Slipknot, que nos brindaron un concierto para el recuerdo. Arroz con cosas con personas disfrazadas con los animales del videoclip, Café para muy cafeteros, Divorcio… Venían presentando su último disco, Manual de Estilo, aunque no faltaron temas de anteriores trabajos.
Sin embargo, el concierto más especial del día lo daba Perro. 3 años sin subir a escenarios, para ofrecernos una selección de sus mejores temas, unos visuales espectaculares y un sentido del humor genial y muy cañero. Esperemos que vuelvan más de seguido, porque se les necesita en el panorama dando guerra. Les siguieron Airbag, en la que sorprendió mucho la aparición de Jota de Los Planetas en Finales Alternativos. Cómo no, cerraron con Comics y Posters.
Después de ellos nos tocó el turno de ver a Ty Seagall & Freedom Band, que personalmente pienso que sonaron de escándalo, en especial las guitarras. El ritmo quizá flaqueó un poco, con una inconsistencia entre temas más movidos y más calmados, pero es innegable que eran la tirita perfecta tras la cancelación de King Gizzard and the Lizard Wizard. Estuvieron totalmente a la altura de las expectativas. Lo mismo con Dinosaur Jr. y Viagra Boys, que como sustitutos y a su propio estilo dieron conciertos beneméritos, llenos de nostalgia y descontrol a partes iguales.
Aunque para demencia la que originó Carolina Durante. Vestidos con ropa de BDSM, los madrileños supieron dar un bolo único, en que además de Cuatro Chavales, canciones como En Verano o Cayetano estuvieron presentes. Fue un detallazo también la mención a Canela Party en la letra Nuevas Formas de Hacer el Ridículo. Finalmente cerramos con Bronquio, con una sesión en la que aparecieron tanto temas de su último disco con Rocío Marquéz como Galgo, su propio gran hit.
Y eso fue todo de Canela Party 2022, un festival súper especial, cómodísimo y lleno de encanto. Ni precios abusivos, ni aforo saturado, ni solapes. Pensado para verlo todo y disfrutarlo en su total plenitud. Esperamos que el año la cosa siga igual de bien.