Hay algo en los conciertos de ‘rock’ que los vuelve únicos. Quizás sea la descarga (y posterior recarga) de energía que provocan, quizás sea que el hecho de que funcionen como un momento de evasión para saltar, gritar, corear y dejarse llevar (con un buen ‘headbanging’ de por medio) o quizás sea el hecho de que pocas cosas suenen mejor en directo que un buen ‘riff’ de guitarra eléctrica. Y ayer, en el concierto de Crashdïet en la Caracol de Madrid, volvimos a experimentar todo eso.
El grupo sueco, que no giraba desde hace más de dos años debido a la pandemia, inundó la capital del mejor ‘sleaze rock’ de la mano de Gabriel Keyes, su nuevo líder; que supo suplir alguna que otra carencia vocal con una buena dosis de energía, carisma y sobre todo, mucho ‘rollo’. Martin Sweet, a la guitarra y Peter London, en el bajo, le acompañaron en la misión. En total, un show de más de una hora en la que la formación de ‘glam metal’ repasó algunos de sus más famosos éxitos -como Riot In Everyone o Generation Wild- y en el que también sonaron por primera vez temas de su nuevo disco, ‘Automaton’, publicado hace unas semanas, como ‘Together Whatever’ o ‘No Mans’ Land’. Con un público entregado que no dejó de corear y saltar, la banda cerró una noche vibrante y magnífica para los amantes del género.
Antes fue el turno de Shiraz Lane, un grupo de hard rock finlandés que poco a poco va abriéndose camino en la escena alternativa con una propuesta de lo más interesante. A sus canciones pegadizas y bailables con un ritmo trepidante se le suma la refrescante energía de la banda, liderada por un Hannes Kett que no dudó en bajar al foso para mezclarse entre los asistentes a ritmo de una de las canciones más conocidas del grupo, ‘To The Moon & Back’. Con el público metido en el bolsillo y la promesa de volver en otoño, el quinteto escandinavo también dejó una buenísima sensación.
¡Aquí tenéis la galería completa del concierto!