Quizás su nombre no resuena en la cabeza de todo el mundo, pero si escuchas Heather o Maniac, ya sea porque se convirtieron en ’trends’ en Tik Tok o porque son literalmente temazos, todo el mundo cae en quien es Conan Gray. El pasado viernes 20 de mayo, Barcelona lo acogió como debía en su concierto debut en España, dónde brilló (literalmente, cada vez que los focos enfocaban las lentejuelas de su camisa) e hizo brillar el Sant Jordi Club.
¿Sabéis esa sensación de volver al pasado? ¿De vivir algo que ya has vivido? Así me sentí cuando entré al recinto, plagado de adolescentes de 14, 15, 16 años, con las hormonas disparadas, acompañadas por sus madres, las cuales no sabían muy bien que hacían ahí, pero solo querían ver felices a sus hijas (e intentar que no murieran en el intento). Muchas veces yo fui esas niñas y mi madre esas madres. Desde aquí quiero darles un fuerte GRACIAS a todas, porque estos conciertos nos dan la vida, cómo un día nos la dieron ellas.
A las 9 de la noche, subido en una plataforma que nadie esperaba, apareció Conan con su ‘Wish You Were Sober’ y con una banda formada por mujeres en su totalidad (poco común pero muy gratificante, la verdad). ‘Telepath’ la siguió y con un “Dad un abrazo esta noche a vuestro amigo y si no lo tenéis hoy aquí, yo lo seré”, introdujo ‘Confort Crowd’, un tema que sin duda venía como anillo al dedo porque ese concierto estaba siendo la ‘confort zone’ para más de uno.
Muchos artistas empiezan componiendo y creando música en sus propias habitaciones, evadiéndose del mundo y haciendo que la música sea lo que pone en su lugar sus pensamientos. Conan Gray no quería desprenderse de esa etapa suya, que tanto caracteriza su estilo ‘bedroom pop’, y se trajo su cuarto al escenario (literalmente), para dejar al público maravillado con ‘Astronomy’. La siguieron ‘The cut That Always Bleeds’, ‘Memories’ o ‘Affluenza’ y entre ellas un ‘Happy Birthday’ a Isa, una fan que consiguió no solo que Conan le cantase cumpleaños feliz sino que lo hiciese todo el estadio. Esa niña durmió bien esa noche, sin duda.
Pero no todo fueron saltos, sino que algún llanto también tenía que haber. ‘The story’ vino acompañada de un speech donde el artista aseguró no haber tenido una infancia fácil y cómo los consejos de la gente eran ‘Tranquilo, mejorará’, pero no sintió que nadie le ayudase realmente. A pleno pulmón el público le acompañó entre lágrimas. Y cuando pensábamos que nos habíamos recuperado, tras ‘Looalike’, llegó ‘Yours’ una canción con la que se emocionó solo con presentarla y la cual había lanzado la noche anterior. Lo que seguro que no se esperaba es que contra todo pronóstico, el público se supiese la letra. Deberes muy bien hechos.
Tras grandes hits como ‘Jigsaw’, ‘People Watching’ o ‘Maniac’, que pusieron el Sant Jordi Club patas arriba, se despidió de todos guiñando un ojo y dejando a los más inocentes algo incrédulos por no haber cantado ‘Heather’. Volvió a “su habitación” para tocarla y acabar el concierto, cómo se debía, por todo lo alto. Si le tuviera que encontrar un, pero a este show, solo podría echar en falta las pantallas, para que hubiésemos podido captar algún detalle más de cerca. Por suerte no me preocupa, porque con el lanzamiento de su disco Superache en junio, no me sorprendería que lo próximo que llene sea mismísimo Palau Sant Jordi. Lo veremos pronto.