Después de su paso por la Sala X en 2019, presentando su álbum Loto (el más reciente por aquel entonces) Rufus T. Firefly volvió el pasado sábado 19 de marzo a la capital andaluza. En esta ocasión venían a tocar su nueva locura psicodélica, El Largo Mañana, un trabajo que sigue firmemente la línea musical de la banda pero que brinda matices distintos gracias a los nuevas incorporaciones del grupo.
Y es que desde este último disco tienen a dos nuevos artistas en sus filas, aportando sonidos clave a la gran mayoría de las canciones: Marta Brandariz (Manola) a los teclados y voces y Juan Feo (Club del Río) a la percusión. Con esto, los arancetanos han evolucionado en una dirección fresca con toques neo-soul que suena fantástica. Torre de marfil, Lafayette, Polvo de diamantes, Selene… en directo ganan muchísimo sentimiento, y no sonarían así sin ellos.
Victor Cabezuelo sigue siendo un verdadero cabecilla (nunca mejor dicho) que emociona con su técnica vocal y Julia Martín-Maestro es (y lo digo sin titubear) la mejor batería que tenemos en España. Realmente sus seis miembros actuales son verdaderos monstruos del panorama nacional. Por algo la sala estaba abarrotada de fans deseando verlos lo más cerca posible.
Tocaron El Largo Mañana de principio a fin, incluyendo sus canciones exclusivas en formato físico, Esta persona no existe y El hombre de otro tiempo. Aun así, tampoco se olvidaron de canciones antiguas. Nebulosa Jade con esos arreglos soul suena mejor que nunca y la demoledora Un Breve e Insignificante Momento en la Breve e Insignificante Historia de la Humanidad continúa siendo brutal. La melodía con samples de Final Fantasy con la mítica mención a la poesía de Gata Cattana nunca cansa. Y más cuando todos saben quién era y alzan el puño para recordarla.
Víctor también comentó que le encantaba venir a Andalucía porque el público tiende a corear los sonidos de los instrumentos. Según él, es lo mejor que se le puede hacer a una banda en directo. Los allí presentes ya lo hacían prácticamente con cada canción, pero muchos más se unieron a corear para animarlos más. Se notaba que disfrutaban tocando en el escenario.
Después, no se olvidaron de dar las gracias sus técnicos de sonido y manager, agradeciéndoles su enorme esfuerzo por que todo saliera tan bien. Cerraron la noche con Río Wolf, recordando el rock psicodélico que les catapultó a la fama. Es innegable que aunque las nuevas canciones sonaran genial, la gente se volvió loca a escuchar este y otros grandes hits cerrando el bolo. Esperamos que no sigan regalando noches así de mágicas muchos años más.
Fotografías: @danisalceda