Las nueve de la noche, nos encontramos en una de las salas de concierto más emblemáticas de la “Ciutat Comptal”. Las puertas de la Sala Apolo se abren de nuevo, esta vez para acoger en su escenario la banda belga de referencia del momento: Balthazar.
Ya esta todo listo, los cinco miembros suben al escenario, el público estalla e inician el concierto con ‘Hourglass’, una de las canciones de Sand, su último álbum. Las elegantes y seductoras voces, los acordes de bajos, guitarras, el ritmo de la batería, las notas de los teclados hacen de Balthazar los reyes del soul-pop alternativo. Ofrecieron todo un espectáculo, una demostración de talento y experiencia con su capacidad para transportar y reproducir todas las melodías a su directo, gracias a sus polifacéticas habilidades para tocar gran variedad de instrumentos como el violín, la trompeta, la tabla de mezclas…
Las luces, en perfecta sintonía con el ritmo de la banda, jugaron un papel crucial durante todo el concierto, creando una atmósfera lumínica impresionante.
Siguieron con algunos temas de sus trabajos anteriores. “Probamos algo diferente cada noche, y hoy vamos a tocar algo de nuestro primer álbum” anunció en un inglés perfecto Jinte Deprez antes de interpretar ‘Blood Like Wine’, del EP Applause, canción con la que los seguidores más fieles de la sala estallaron. “Pero de esto ya hace diez años, we’re gona move on“. Y eso hicieron.
Ya en la recta final del concierto, el resto de canciones del nuevo trabajo llegaron. Los cálidos y sinuosos temas, llenos de groovies sureños, ‘Leaving Antwerp’, ‘Powerless’, y en el momento de tocar ‘You Won’t Come Around’, pidieron silencio en la sala, cosa que parecía imposible de conseguir, pero al empezar a interpretar el tema la magia de la canción envolvió a todos los presentes, la multitud enmudeció y nos hicieron levitar, emociones a flor de piel.
Terminaron por todo lo alto, con un estallido de energía infrenable que trajeron sus temas más populares: ‘Bunker’ y ‘Fever’, que acompañan a toda la Apolo en un aplauso enorme, unas sensaciones de euforia y serotonina palpables. Agradecidos, Balthazar se despide del público de Barcelona para seguir con su gira, que los llevará hasta Madrid el 2 de noviembre en la Sala Mon.