Nunca es fácil subirse a un barco llamado “industria de la música” que está a rebosar de artistas y bandas. A punto de desbordarse, pero siempre recuperando el equilibrio.
Nuno Pico es el joven artista gallego que se esconde detrás de una de las joyas de la disquera Ernie Records: Grande Amore. Pico es fiel seguidor de artífices de auténticos himnos, desde un género musical a otro completamente opuesto, y de esa pasión nace un alter ego que debutaba a finales de 2021 con su LP homónimo.
Desde Recovery Magazine quisimos sentarnos para comentar los entresijos de la industria (sobre todo de la suya, la gallega), además de ese revival de géneros que creíamos olvidados.
Además, Grande Amore vuelve tras su debut con un sencillo junto a los vigueses Mundo Prestigio: ‘Nunomanía’ (Ernie Records, 2021) que puedes escuchar ya mismo aquí.
- Dices que este disco “es mi vida resumida en 30 y pocos minutos. Tiene todas mis alegrías y mis penas, todo lo duro, todo lo romántico y todo lo oscuro que llevo dentro de cada día, para bien y para mal” – ¿Crees que habrá algo próximo que supere estas afirmaciones y que defina mejor quién eres? Supongo que con eso tendrá que ver tu evolución como persona y como artista.
La verdad es que aspiro a que esa afirmación no deje de ser válida nunca. Es decir, que todo lo que haga en la música de aquí a que me muera sea un reflejo sincero y directo de mi momento vital. Para mí, ese es el principal motivo para hacer canciones, expresar cosas que normalmente no digo. Soy bastante introvertido y reservado para la mayoría de asuntos que tienen que ver con mi vida privada. Por suerte, en lo musical no me pasa lo mismo.
- El álbum que presentas se llama “Grande Amore” – ¿Por qué decides debutar con un álbum homónimo? ¿Sentías que ese título era el que más te definía en ese momento? Hay artistas que sacan álbumes homónimos llevando años de carrera.
No sabría decir si ese título me definía mejor o peor que cualquier otro en ese momento justo. Simplemente llamé así al álbum porque me hacía ilusión. Muchos grupos que me fascinan (Ilegales, Leño, Motörhead, Led Zeppelin…) debutaron con un álbum homónimo, y yo creo que, todo lo que puedas hacer en esta vida para que tu grupo se parezca a cualquiera de esos, está muy bien hecho. Aunque solo sea un pequeño detalle como este. Lo complicado y lo realmente importante es hacer canciones tan increíbles como las suyas, claro.
- Este disco tiene rock, tiene punk, tecno y tiene música underground. Parece que ha vuelto a cobrar vida este tipo de música en España, sobre todo en Madrid. ¿Cómo está la cosa en Galicia? Aprovechando que hablamos de tu tierra, ¿hay algún artista, banda o canción que te gustaría recomendar de allí?
Yo creo que estamos viviendo un momento increíble de la música gallega. Conviven de forma natural muchísimas propuestas de influencia, sonoridad e intenciones muy diversas. Grupos y artistas como Terbutalina, Sés o Dios Ke Te Crew, que ya eran unas leyendas para mí cuando empecé a estudiar en Santiago (a finales de 2013), conviven con otros proyectos como Tanxugueiras, Boyanka Kostova y Verto, de creación más reciente y que arrasan entre la chavalada.
No estoy muy enterado de que cosas están ahora mismo de moda y cuáles no. Yo estoy la mayor parte del tiempo en mi habitación escuchando Extremoduro o podcasts de asesinatos y movidas así. Cada año que pasa me siento más pureta, más ajeno al mundo y más orgulloso de ambas cosas. Recomendo muchísimo a Bratzantifa y a The Brosas. Todo el mundo debería conocer esos dos grupos. ¡Son geniales!
- Quien vea y conozca tu proyecto verá que de primeras llama la atención a nivel visual, con esas portadas tan llamativas y exageradas en el mejor de los sentidos. ¿Qué importancia le das a estos aspectos en un proyecto, que quizás se alejan un poco más de lo musical y oscilan más hacia lo que alguien ve de primeras?
Sí, yo hasta te diría (honestamente, no es una boutade ni mucho menos) que de lo que más orgulloso estoy del proyecto es de la parte de la imagen y el diseño gráfico. Las portadas las hace siempre Branca Studio, una gente con la que es una gozada trabajar y que para mí son dioses. Yo tengo muy claro que ni soy ni quiero ser modelo nunca en mi vida. Tampoco quiero ser el típico artista que sube fotos a Instagram para quedar como el más guapo de la zona. Paso completamente de ese rollo. Ahora bien, eso no quita que la imagen, en el sentido más amplio y positivo del término, sea fundamental para un grupo. Claro que lo es. Esto me lo recuerdan siempre mis amigos Xaime y Carlangas, y con mucha razón. Black Sabbath, Patti Smith e Iggy Pop molan infinito porque sus canciones son increíbles, si. Y eso es lo fundamental, ojo. Pero también mola su imagen. Te transmiten algo visualmente. Y ya digo, la imagen es más que pura pose. No tienen nada que ver, de hecho.
- Es muy atrevido sacar un disco en tu lengua materna. ¿Te importa más el alcance que tenga o lo que tú a nivel personal has contado con él? En Ernie Records, tu sello, lo definen como “una de las apuestas más arriesgadas y renovadoras”.
Llevo 15 minutos escribiendo y borrando frases para esta respuesta. No sé qué decir. Es un tema del que se ha hablado y pontificado tanto y, muchas veces, tan a la ligera que… No sé qué decir, la verdad. ¿Lo de cantar en lengua vernácula es atrevido? Puede ser… No sé, a mí no me lo parece. Es lo natural, cantar en el código lingüístico que dominas. Si ahora me pongo a hacer música en inglés, chino mandarín o esperanto no conseguiría comunicarme de forma efectiva con nadie. Yo creo que lo atrevido, en mi caso, es ponerme delante de un micrófono con esta voz de gato atropellado que tengo.
Por centrarse más en mi entorno, en Galicia hay, hubo y habrá propuestas muy similares a la mía en muchos sentidos: Pantis, O Leo i Arremecághona, Legítimo Polvo… No creo que yo esté abriendo un camino nuevo en ningún sentido, aunque me alegro de que haya quien lo opine.
Otra cosa sobre la que me preguntan mucho, y en la que me gustaría pararme un momento, es el tema del alcance/recorrido de mi música por el hecho de estar en gallego. Me limitará el hecho de cantar en gallego, no digo que no. No soy sociólogo ni tengo un conocimiento absoluto sobre qué me limita y qué no. Pero, desde luego, yo no tengo para nada la sensación de que así sea. Yo he cantado en Valencia para valencianos que se sabían la canción.
A quien le llegas al corazón, le llegas por muchos motivos. A quien no, le dejas de llegar por otros tantos. Además, creo que detrás de todo ese planteamiento hay una idea totalmente equivocada y bastante ingenua que arrastramos desde la primera década de los 2000, cuando la globalización parecía que aún molaba un poco, había pasta, podías irte de vacaciones con tus colegas un fin de semana a Amsterdam por cuatro duros, nacía Internet y todo eso.
Hacer cosas “para todo el mundo” así en abstracto, o con la idea de que su recepción no se vea limitada por x factores es, simplemente, eso… ingenuidad. Yo no voy a conectar con una persona de Connecticut cantando en inglés mejor de lo que puede conectar otro tío de Connecticut. Ni siquiera parecido. Yo soy de Burela y llevo ocho años viviendo en Santiago de Compostela. Puedo querer ser americano, pero no puedo serlo. Pensar que mi lengua vernácula es algo así como un “estorbo comercial” me da mucha pereza, la verdad.
- Además de haberte rodeado de un excelente equipo y tener tu música en plataformas como Spotify, también estás en Bandcamp, que también ha tenido su auge con los años sobre todo para bandas más pequeñas y de tu estilo, ¿crees que esta plataforma es para algún estilo de bandas en concreto, o que lo usa un nicho concreto de artistas que comparten estilos?
Hace bastante tiempo que no uso regularmente Bandcamp, la verdad. A día de hoy, solo entro para escuchar los últimos trabajos de Malandrómeda, que no están en Spotify. Pero, vamos… yo entro ahí y veo que hay de todo, eh. Hay nu metal, hay indie-folk, hay hip hop… Lo que sí, estoy de acuerdo con la pregunta, supongo que ahí estamos bandas más emergentes, del circuito más underground. No creo que Coldplay vaya a hacerse mañana un Bandcamp.
- Tocaste hace poco en el ciclo de conciertos MAZO Madrid y en el Underfest de Vigo. Parece que ya están levantando restricciones y aumentando aforos. ¿Cuánta vida crees que le queda a la música en estas condiciones? ¿Cómo fue tocar en esas circunstancias?
Tengo colegas que han disfrutado bastante los conciertos con restricciones COVID. Quiero decir, que obviamente preferían los de antes, pero que se han adaptado sin fallo. Ojalá pudiese yo decir lo mismo. He sufrido como un condenado esta temporada, la verdad. Soy súper inseguro en general, y en el escenario, aunque parezca que no, todavía más. Siempre creo que al público le está pareciendo una mierda el concierto.
Y, claro, si el feedback que tienes es ver a gente sentada, separada entre sí a dos metros o una locura así, y totalmente sobrios mientras en la plaza en la que estáis hace 2ºC… El panorama es demasiado desolador para mí. Parece que ahora se están recuperando los conciertos tal y como los conocíamos a pasos agigantados. A ver qué pasa en el futuro.
- Habiendo cerrado fechas y estando de vuelta en los escenarios con un largo prácticamente recién nacido, ¿puedes decir que lo has conseguido todo o hay algo de Grande Amore que nos puedas desvelar de cara a un futuro?
¡Qué va! Justo lo contrario, de hecho. Tengo la sensación de que aún no he conseguido absolutamente nada. No es que sueñe con tocar en el Wanda Metropolitano para 60mil fans enfervorecidos, ni nada por el estilo. Lo que quiero decir es que aún puedo liarla muchísimo más, creo yo. No sé, que mi madre acabe saliendo en un videoclip tocando la pandereta con Giorgio Moroder y Samantha Hudson. Algo por el estilo. Eso es lo que le pido yo a la vida, tanto con Grande Amore como a nivel personal, liarla muchísimo. Pero sin liársela a nadie, que eso también es importante. Ser punki mola, ser gilipollas no.