Quedan cuatro días de verano, pero hoy parece que el sol aún no se ha acostado. El Cosquin Rock Festival llega a Málaga para hacer chispas con los acordes que resuenan de la mano de Aurora and the Betrayers, los Zigarros y Ciro y los Persas. Entre olas que no se escuchan en esta tarde de rock, aparece. Ahí está. Su silueta se puede reconocer a kilómetros. Un sombrero inclinado. Leiva refleja esta noche en el Castillo Sohail de Fuengirola lo que todas estas voces cantan al unísono. La pista ahora está saltando. Su único concierto en Andalucía este año. Leiva ha vuelto al escenario y el sur ya está sonriendo con los ojos.
Las estrellas blancas que relucen en la bandera de su pie de micro brillan hasta cuando el foco blanco no le señala. El escenario está rojo. Los palillos ya están rebotando sobre el parche de los tambores. Esto es mucho más que un concierto. Las tres filas de focos blancos ya no piensan, ahora están hablando. Porque hasta sin palabras, cada luz acompaña al artista en su paso.
Suena ‘Terriblemente cruel’. Su sombrero gris invita al público a bailar. Y al fondo, triángulos azules que observan a todos esos aplausos que vuelan desde la pista. El humo rojo se cuela ahora en el escenario y ‘La lluvia en los zapatos’. Sin impermeable. Su imagen está ampliada al fondo. Y aunque nadie entienda esas miradas, todo el mundo sabe de qué trato habla. Ahora todos los que bailan esperan que le salgan sus alas.
Y de repente, un viaje al pasado. ‘Animales’ llega desde ‘Pereza’ para encender todas esas antorchas que cada quien tiene dentro suya. El fuego ahora se ve en cada movimiento de cejas que interpreta esta canción. Y entre luces rojas, ‘Guerra Mundial’. Todos están acariciando el fuego. Las buenas noches son ahora para Fuengirola.
“Es ultraemocionante esto para nosotros, muchísimas gracias por haber venido, es conmovedor.” Así saluda Leiva entre ‘Lobos’ y ‘Superpoderes’. Y recuerda con cariño cada vez que ha cantado en Argentina. Las banderas blancas y celestes también alzan el vuelo.
Demasiado humo y una pérdida de anonimato. ‘Breaking Bad’ suena para todos aquellos amantes de las causas perdidas. Y todos lo que pretenden ser ellos balancean sus brazos sin tener cuidado con las expectativas. Para un amor demasiado grande, cocinar cristales en el desierto. Ya lo dice la propia canción.
Leiva ha cambiado de guitarra y hay quienes ahora intentan ser intérpretes de la historia que está cantando. O quizás contando. Quién sabe. Así mismo diría su hermano, Juancho Sidecars, quien le acompaña a voz y guitarra mientras cantan ‘Godzilla’. Patricia Lázaro también da voz a esta canción. La guitarra también reluce. Agarrada a sus costillas, sale un acorde tras otro, haciendo piruetas entre versos cantados.
La presentación de la banda y un aplauso multitudinario traen ‘La llamada’. Por todos aquellos que lo hacen y ya luego ven. “Con toda la fuerza”. Una frase que suena a todo pulmón entre todos los que esta noche juegan a ser cantantes. De electricidad sin cables, pero con muchas chispas. Las estrellas están en el escenario.
Un solo. Su guitarra y él. Una luz que forma un acordeón en el centro del escenario. En solitario, Leiva canta ‘Vis a Vis’. Después de dos años vuelve a sonar. “Habrá que buscar cordura y una pizca de locura para saber quererte más”. Así vuela el artista sin moverse de su sitio. La libertad ya no llora, ahora está a punto de gritar. Por todas esas voces que nunca se callan.
Y como todo, la noche nuclear va llegando a su fin. ‘Como si fueras a morir mañana’ retumba en el Castillo Sohail y el eco suena hasta en las casas de Fuengirola. Saltos y llamas en la pista una vez más. Desde aquí se vuelve a ver la ‘Estrella Polar’, que acompaña a todos los compañeros del Cosquin Rock Festival en un aplauso gigante. En realidad, con los pies fríos también se puede pensar. “Emociona encontrarse con tus compañeros en la carretera”, aclara Leiva.
“Hasta siempre Fuengirola”, Leiva despide esta noche de rock con los gatos colgados de esa chica que probó fortuna en 1996. La estrella de los tejados ahora está flotando en toda Fuengirola. ‘Lady Madrid’ es la protagonista final. Todos los instrumentos se despiden frente a la pantalla del fondo. La camisa de Leiva ha decidido despegar antes. Sus tatuajes ahora también se despiden. Y todos vuelan con las alas que le han salido para despegar.