El septeto de Burgos pisaba las tablas de Las Noches del Río Babel el pasado 3 de julio tras colgar el cartel de “entradas agotadas” en La Riviera, ofreciendo ocho incansables conciertos en cuatro días. Pero antes de eso (en noviembre de 2019) consiguieron congregar a más de 15.000 personas en el céntrico estadio madrileño Wizink Center.
La voz en off de David entonando ‘Nubes negras’ daba la bienvenida a la banda al completo 15 minutos más tarde de lo previsto, pero envuelta igualmente en una escalofriante ovación por parte del público. Alvar de Pablo (saxofón y coros), Caleb Melguizo (batería), Adán Maravillas (acordeón y coros), Jorge Mariscal (bajo), David Ruiz (voz, guitarra, banjo), Jacobo Naya (banjo, guitarra, teclados) y Nacho Mur (guitarra) tienen la fórmula exacta para enganchar a sus oyentes desde el primer acorde. Presentaban su trabajo más reciente, “Ninguna Ola”, del que entonaron temas como ‘93compases’ o ‘Colectivo Nostalgia’.
Viajaron en el tiempo a 2013 y al disco con el que su fama salió aún más disparada por los aires, “¿Quién nos va a salvar?”, con canciones que se han convertido en auténticos himnos como ‘Los hijos de Johnny Cash’ o ‘Gasoline’.
Los asientos retumbaron y ‘Vasos vacíos’ comenzó con su inconfundible acordeón. “¡Vosotros!”, gritaba David, cediendo la palabra al público, que respondió a pleno pulmón para entonar el último verso de la canción.
‘La inmensidad’ cuenta, y el público canta, que “no va a salir bien”, y lo cierto es que aquella noche contradijo el verso de La Maravillosa Orquesta del Alcohol. En 2015 el público también era fan de La M.O.D.A. y lo demostró afinando canciones de “La primavera del verano” como ‘Miles Davis’ (con la que abrieron el show), ‘PRMVR’ (un auténtico éxito), ‘Los lobos’, ‘1932’ o ‘Hay un fuego’, canción para la que quisieron contar con una voz femenina directa desde Canarias, la de Valeria Castro. “Deja que me cuele en tus oídos”, cantaba la artista. Lo cierto es que no hacía falta que lo cantara para saber que había sido así desde el primer momento.
Dedicaron ‘La vieja banda’ a todos los que hacían posible cada concierto suyo; la noche caía sobre el Wanda Metropolitano a la vez que ‘Colectivo Nostalgia’ empezaba a sonar mientras miles de linternas se alzaban al aire y el fin del concierto se hacía inminente.“Esto es puro sentimiento”, narra la canción. Es el reflejo de lo que cantan y cómo lo cantan; y si no, que se lo pregunten a las más de 4.000 personas que asistieron.
Resulta irónico (y redundante) decir que La M.O.D.A. fueron los ‘Héroes del sábado’ aquella noche. Y para qué engañarnos. ¿De quién no son héroes estos chicos?