Asistir ahora a cualquier concierto es casi un milagro, tanto para los melómanos como para quienes están detrás de un evento de este calibre. La banda que prácticamente cerraba el ciclo de conciertos de Madrid Brillante el 27 de marzo no fue una cualquiera.
Desde Córdoba, con fechas a la espalda y nuevas en el frente, el Teatro La Latina recibió la intensidad y emocionalidad de las letras de Viva Belgrado en forma de un concierto que brilló por el sonido y la valentía de sus miembros al lanzarse a una atmósfera (un teatro con prácticamente todas sus butacas ocupadas) en la que mostrar su género puede llegar a resultar desacostumbrado.
Sin embargo, el público hizo de este sentimiento algo menos agrio. Entregado al 100% y respetando las medidas, aplaudían y movían la cabeza a las piezas tocadas y por tocar. “Bellavista” (Aloud Music, 2020) es su trabajo más reciente y en torno al que giró en su mayoría el espectáculo, de donde salieron balas (directas al corazón) como ‘Una soga’ (con la que abrieron el show), ‘Vicios’ o ‘Cerecita Blues’ con una limpieza impecable, en cuanto a sonido y presencia, en la telecaster blanca de Pedro García.
Hicieron suyas y del público canciones de sus trabajos previos, “Flores, carne” (2015) y “Ulises” (2016) como ‘Erida’ o ‘Por la mañana, temprano’ y los asistentes dejaron claro que Viva Belgrado no es una moda; es algo que se lleva dentro desde que se adentraron en la industria. Canciones nuevas y llenas de un ritmo que prácticamente se ha convertido en marca de la casa, como ‘Un collar’ o ‘Shibari emocional’ congeniaron a la perfección con aquellas con las que se dieron a conocer en 2013.
La esperada guinda del pastel (con la que se metieron más aún en el bolsillo al público) fue la aclamada ‘Ikebukuro Sunshine’ con la que, como cantan ellos, alzamos “la lata al cielo” y, “desde la otra punta del mundo brindamos” por celebrar que “la distancia funciona” y se pueden celebrar espectáculos en los que depositar una confianza ciega.
Cantan en ‘Más triste que Shinji Ikari’ que estaban “en México, Tokio, mojando los pies en el Báltico…”, pero lo cierto es que aquella tarde sólo tenían ojos en Madrid para un público que, al igual que ellos, se desvivía por cada palabra que cantaba Cándido Gálvez.
Las desgarradoras y emotivas frases de ‘¿Qué hay detrás de la ventana?’ daban por terminado un show que mostró un sonido más renovado, abierto a nuevas propuestas y, por supuesto, a un mayor público, haciendo ver que la proyección de los cordobeses no se quedará solamente en España.
¡No te pierdas cómo suenan!