Con 21 años se podría decir que el artista canadiense tiene todo lo que quiere. Una exitosa vida (con sus baches, por supuesto), alguien en quien apoyarse a todos los niveles (la cantante y ex-integrante de Fifth Harmony, Camila Cabello), un documental que narra su creciente carrera como músico y un nuevo álbum entre manos.
“Wonder” es una maravilla. Y nunca mejor dicho. Shawn Mendes, el niño de 16 años al que la gente iba a ver cantar en su instituto, ahora llena estadios que albergan más de 40 mil personas. Y tiene un perrito llamado Tarzán.
Si hay un personaje principal en este álbum es un piano que acompaña a Shawn a lo largo de casi todas las canciones. De una forma casi eclesiástica, ‘Intro’ abre el que quizás es el disco más importante de su carrera. Los coros y el marcado ritmo de ‘Wonder’ ya los conocíamos, fue el primer single del disco, un disco que, por cierto, está dedicado a una persona cuyo nombre no hace falta ni mencionar de nuevo.
‘Higher’ habla del verano, de Nueva York y de pasárselo bien. Tiene un aire al ‘Particular Taste’ de su disco homónimo de 2019, y desde luego es una canción que roza, si no toca, la seducción. ’24 Hours’ es una balada que trata la urgencia por asentar tu vida cuando tienes poco más de 20 años y todo te va bien: “I’m not the type to overthink when something feels so right // Let’s throw away our backup plans, and people may not understand, who cares if they approve?”
La atmósfera cambia totalmente cuando suena ‘Teach Me How To Love’, en la que perfectamente se podría haber colado The Weeknd. Canciones con una única destinataria con la que compartió tiempo mientras grababa una parte del disco (la otra fue escrita primero en Carmel, California) en Miami.
Un sonido más maduro y un pop digno de revivir a quien lo escuche. Entre todas estas novedades, “Wonder” también roza temas más serios como el lado oscuro de la fama (en ‘Monster’ con Justin Bieber) o la soledad a la que se enfrenta un artista de su calibre, reflejado en ‘Call My Friends’ con versos como: “Right now I’m alone inside the airport and you’re all at a bar in our hometown, feels like we’ve been living different lives // I should call my friends and go get high, I need a vacation from my mind”
Unas rápidas manos se deslizan de nuevo por el piano dando paso a ‘Dream’, una balada celestial que describe su relación con (esta vez lo diré) Camila Cabello tras meses separados. Mientras Cabello promocionaba su álbum “Romance” (2019) Mendes recorría el mundo presentando el que era por aquel entonces su trabajo homónimo.
‘Song For No One’ muestra la primera aparición de un punteo acústico. La maestría del joven para dar un giro de 360 grados a sus canciones se ve reflejado en esta, con un cambio de tono cuando comienza el puente. ‘305’ empieza con voz en off y otro punteo (esta vez eléctrico) de fondo. Oscila más hacia el pop, pero es una canción bailable, sencilla y cuyo mérito se lo debemos a Shawn por haberla producido enteramente él mismo. Para los más curiosos, 305 hace referencia al prefijo móvil de Miami.
‘Always Been You’ hace que algo se quiebre en tu interior nada más leer el título. Sigue la línea de ‘Wonder’ instrumental y vocalmente hablando, y lo que más potencia le otorga es la anulación de todo sonido antes del “It’s always been you…” para después romper en un festival de instrumentos.
Si por algo (más) destaca Mendes quizás sea por las florituras y los arreglos vocales momentáneos en sus directos, muchos de ellos (falsettos incluidos) reflejados en este álbum, que sigue con ‘Piece of You’ y su capacidad para hacer moverse hasta a los más parados. ¿Habla de un Shawn celoso o un Shawn protector por lo que (o quien) más le importa?
‘Look Up At The Stars’ agota el cupo de baladas del disco. Consta de una voz más simple junto a un piano que a más de uno transportará a la época del “Handwritten” de 2015. Apuntando maneras desde crío. Lo que empezó siendo una balada se ha convertido en una orquesta; quien tiene la batuta es Mendes y nadie le puede parar.
‘Can’t Imagine’ cierra con las palabras que cualquier fiel seguidor de su carrera diría: “It’s beautiful, man”, le comenta a los que están al otro lado de la pecera, únicos culpables de que el álbum haya sido proyectado hacia arriba con su sonido: Kid Harpoon, Nate Mercereau y Scott Harris.
Si pretendes encontrar en ‘Wonder’ lo que se esconde detrás de una mente de 22 años, vestida con camiseta de tirantes blanca y enamorada hasta las trancas, será difícil de descifrar. Pero cuando te encuentras ante un sonido tan sincero, limpio y trabajado, te preguntas, ¿realmente importa lo que uno piensa si no es él?
¡Escúchalo ya!