Si echamos la vista atrás a los inicios de All Time Low, podemos apreciar que lo que sigue presente en la banda es la capacidad, disco tras disco, de dotar a la industria musical con algunas de las canciones más pegadizas de su género.
Parece que el pop ha sido más referente en este nuevo disco, pero tampoco ha dejado de lado los solos de guitarra característicos de ‘So Wrong, It’s Right’ y ‘Future Hearts’ que siguen sonando en ‘Wake Up, Sunshine’, su undécimo trabajo.
Si este disco fuera un vinilo, el pop, el punk y el rock se mezclarían entre las caras A y B. All Time Low es de las pocas bandas en esta industria que nunca se ha tomado realmente un tiempo (y que así sigan, si continúan haciendo discos así de buenos), y pese a ello, dos años más tarde han vuelto a la carga con ‘Wake Up, Sunshine’.
La canción que abre el álbum también fue la carta de presentación del mismo: ‘Some Kind Of Disaster’, donde la banda aprovecha para contar todas sus “heridas de guerra” –en el ámbito musical– sin ningún tapujo.
‘Sleeping In’ parecerá la introducción a ‘The City’ de The 1975, pero sólo eso. En esta canción Alex Gaskarth y los suyos no dejan de lado el espíritu del pop-punk y el punk-rock del que hablábamos antes, y que a más de uno transportará a la era de ‘So Wrong It’s Right’.
‘Getaway Green’ tiene el potencial de ser la canción del año, y quizás es la que más se asemeja a lo que la banda ha querido buscar siempre; recordamos que uno de los primeros adelantos de ésta se tocó en directo en el Slam Dunk de 2019.
‘Melancholy Kaleidoscope’ también tiene aires de ‘Nothing Personal’. Incluye riffs de guitarra a lo largo de los casi tres minutos de canción, cuya letra parece conectar con la de ‘A Party Song’ (2009) cuando dice “Light a fire in the coldest hearts, filling up the halls / That’s another lit match to burn”, frente a “Light a match just to heat things up / But I got more than I bargained for”.
El protagonismo de Ryan a la batería en esta canción probablemente sea lo más destacable: manteniendo un ritmo constante a lo largo de ‘Trouble Is’, hace referencia a esa sensación de melancolía, a querer volver atrás para revivir algo que sabes que en su momento no te hizo nada bien («Trouble is, you’re a part of me».)
Poco a poco, la canción que da nombre al disco se va abriendo paso entre las demás, y cuando quieres darte cuenta, ya tienes casi la mitad del álbum escuchado. ‘Wake Up, Sunshine’ ha conquistado a crítica y público más que ninguna otra. Sus potentes riffs de guitarra y solos de batería, todo ello a lo largo de la línea de bajo de Zach, convierten esta canción en un pastel redondo, cuya guinda es el tema que trata: quererse a uno mismo y darse cuenta de que, si eso no pasa, hay gente ahí fuera que lo hará por ti (“Wake up, sunshine / Somebody loves you for yourself / Wake up, sunshine / ‘Cause somebody loves you, somebody loves you”). Representa un himno que te hace fijar la vista en un futuro brillante, bajo el mensaje de que todo va a ir bien. Pero eh, en caso contrario, no pasa nada, porque “it’s okay not to be okay”.
Pero aquí no se acaba la historia. ‘Wake Up, Sunshine’ –como disco– también refleja la trayectoria de la banda y el puesto que ocupa este álbum en su discografía, uno totalmente opuesto al que vio la luz en 2017 y con una temática más oscura, ‘Last Young Renegade’. Su undécimo trabajo es una señal a todos sus seguidores de que el lado brillante y positivo de All Time Low está de vuelta.
Seguro que muchos echaban de menos otras voces conocidas junto a la de Gaskarth. La que más revolucionó a todos en su momento fue ‘A Love Like War’ de ‘Don’t Panic’ en 2013 junto a Vic Fuentes; y es que en este álbum han tenido la merecida ocasión de formar parte artistas como Blackbear, que ha inundado ‘Monsters’ con su rap, y The Band CAMINO, que junto a All Time Low han hecho de ‘Favorite Place’ una «balada» –al estilo de los de Baltimore– ideal para escucharla con alguien a quien quieres.
‘Safe’ tiene tintes de ‘Too Much’ (2009), con ese punteo de guitarra constante de fondo y una batería que se va incorporando progresivamente, hasta que explota en una mezcla de estilos que la banda lleva arrastrando a lo largo de su carrera, pero que finalmente oscila más hacia el pop.
Parece que las estaciones cobran importancia en este álbum, que, con dos partes, ‘January Gloom’ y ‘Summer Daze’, ha sorprendido al ejército de seguidores que, desde años, lleva apoyando a la banda, haciendo de ‘Wake Up, Sunshine’ un disco con nada más y nada menos 15 canciones.
Todo álbum es digno merecedor de algún tema suave en acústico, y ‘Glitter & Crimson’ ha sido el afortunado. Además, aboga por empezar una revolución en un mundo en el que hay muchas cosas que arreglar y en un momento en el que el tiempo es oro y no se debe desperdiciar («And I don’t wanna wait ‘til the sunshine fades»).
Otro aspecto a destacar del álbum es que también incluye baladas, por si ‘Glitter & Crimson’ no había sido lo suficientemente lenta. ‘Basement Noise’ se encarga de cerrar un disco brillante. ‘Wake Up, Sunshine’ destaca por radiar energía con cada canción a lo largo de las 15 que lo forman, llenas de entusiasmo, en mayor o menor medida, que más de uno echaba en falta cuando ‘Last Young Renegade’ vio la luz.
All Time Low, de la mano de Fueled By Ramen, sigue demostrando que sabe hacer las cosas bien y que siempre habrá cabida para una canción y un disco más en esta industria, añadiendo otro trabajo más a su brillante carrera, que, por muy larga que sea, refleja que tiempo no pasa factura en la voz de Gaskarth y en la soltura con la que Jack, Zach y Rian manejan los instrumentos.
¡Escucha cómo suena aquí!