Este 13 de mayo La Riviera se llenó de adrenalina con el show que ofreció la banda galesa Catfish and the Bottlemen. La última vez que pudimos ver a Van McCann y los suyos en España fue el año pasado en el FIB de Benicassim, y el año anterior en el Mad Cool de Madrid.
El afortunado de telonear a los ingleses fue el madrileño St. Woods, acompañado de su banda, que nos trajo varios sencillos para presentar su futuro LP como Take All Your Things o Riddles, último tema de su anterior EP – Lessons.
“La siguiente canción no la hemos escrito nosotros; si no, tendríamos muchísimo dinero, además de una casa en Los Ángeles” –decía Nacho, al micrófono, a la vez que introducía la siguiente canción al público, que les acompañó en todo momento mientras la banda interpretaba su propia versión en acústico de Roxanne de The Police.
Si os gustó lo que visteis y escuchasteis, podréis verles de nuevo en esta edición del DCODE Festival el próximo 7 de septiembre en el campus de la Universidad Complutense de Madrid. Tras despedirse, dar las gracias al público y tirar algunas púas a quienes se lo pedían, los focos se encendieron y dieron paso al turno de la banda más esperada de la noche.
La escenografía del tucán iluminado en la lona del fondo simbolizaba la nueva etapa y disco de la banda: The Balance. Catfish and the Bottlemen salieron según lo previsto, a la vez que una oleada de palmas por parte del enloquecido público les recibía. Entre luces de tonos azules y verdes empezaron con el primer sencillo del disco: Longshot.
“¡Madrid, estamos de vuelta!” –Van se dirigió a nosotros. Todo el mundo lo sabía, y estábamos preparados para darlo todo. “Esto es Kathleen” –nos dijo, a la vez que la guitarra distorsionada de Johnny Bond abría la canción.
Recorrieron su época de 2014 a 2016 con temas como Soundcheck o Pacifier, sin olvidarse de una de sus canciones por excelencia: Twice. Sin embargo, echamos de menos canciones de ese entonces, como Homesick, Hourglass o Fallout.
El ritmo de Bob Hall a la batería indicaba que era el turno del cuarto sencillo de The Balance: Conversation. “When the perfect conversation looks you in the eyes…” –cantaba Van mirando a los ojos de algunos fans afortunados.
Anything fue cantada por el público de principio a fin sin dejarse nada más que la voz. La banda nos dejó participar, especialmente en el puente de la canción, donde el ritmo bajó para luego subir progresivamente liderado por el solo de guitarra de Johnny.
La desgarrada voz de Van en Sidetrack volvió loco a todo el mundo. Fue un tema seguido por el segundo sencillo de The Balance: 2all. “So I give my love to all, all the ones who stuck around…” –cantaba a modo de agradecimiento a todo el mundo que había estado allí desde los inicios de la banda.
Sin respiro, siguieron con el segundo sencillo del nuevo LP, Fluctuate, mientras el concierto iba llegando a su fin. La línea de bajo de Benji Blakeway y la batería daban paso a una de sus canciones maestras y otra más que el público cantó lo más alto que pudo: 7.
Un pequeño descanso no les impidió volver con la misma o incluso más fuerza para despedirnos con Cocoon y por supuesto Tyrants: la canción que cierra su álbum de 2014 y con la que despidieron el concierto.
Catfish and the Bottlemen han demostrado que su discografía es un disco hecho directo y un directo hecho disco. The Balance son 11 canciones que nos hacen ver que su esencia no se ha perdido y que siguen con un sonido, aunque característico de ellos, cada vez mejor, si es que eso es posible.
Con un montón de festivales –de momento internacionales, como el Citadel de Londres o el Spinoff de Australia– a la espalda, y un tour por la mayor parte del mundo, parece que van por el buen camino, y nosotros no podemos esperar a tenerles de vuelta.
Fotografías: @jameslomaxphoto