Este viernes 5 de abril la banda de indie y pop/rock madrileña IZAL vino al Wizink Center para presentarnos su trabajo más reciente, titulado Autoterapia. Es su quinto álbum de estudio y vio la luz hace poco más de un año, concretamente el día 9 de marzo de 2018. En IZAL podemos encontrar a Mikel a la voz, Alejandro a la batería, Diego a la guitarra, Emanuel “Gato” al bajo e Iván al teclado.
Autoterapia se presentó desde sus inicios como un disco que supondría un gran cambio respecto a los anteriores trabajos de la banda. Pretendió exprimir al máximo el género musical que mejor caracteriza a la banda, y podemos decir que lo ha hecho con creces.
Con una puntualidad sorprendente y tras un viaje espacial gracias a los efectos visuales que ofrecieron las pantallas, los cinco integrantes aparecieron a las 22:00 horas en el escenario vestidos de astronauta, sorprendiendo al público mientras cantaban La Increíble Historia Del Hombre Que Podía Volar Pero No Sabía Cómo y Ruido Blanco. Tras una breve pausa, regresaron para seguir con Prólogo, y el Wizink entero volvió al año 2015 cuando las palmas de Copacabana y los acordes eléctricos de Pequeña gran revolución comenzaron a sonar gracias a las guitarras de Mikel y Diego.
El recinto entero entonaba el Cumpleaños feliz para Iván tras cantar a pleno pulmón Los Seres Que Me Llenan y La Piedra Invisible. Siguieron “en la línea 2015” con temas como Arte Moderno, en el que pudimos ver solamente a Mikel acompañado del teclado durante los primeros segundos para después juntarse la banda entera, o Tu Continente, donde los focos iluminaron las gradas totalmente llenas.
También nos hicieron volver a 2013 gracias a canciones como Agujeros de Gusano al ukelele o Palos de ciego a petición del público. “El pueblo ha hablado…” decía Mikel presentado la canción y comenzándola en acústico con tan sólo con una guitarra. También sonaron Hambre o Asuntos Delicados, que hicieron moverse al público más de lo que lo estaba haciendo ya. Las pantallas mostraron a cada miembro de la banda de pequeños, y los acordes al ukelele de Qué Bien hicieron abrazarse al público de principio a fin de la canción, entre la que Mikel nos señalaba quién era quién años atrás.
“¿No estáis hartos de la gente que abre la boca para decir cosas malas? Los haters, que dicen por ahí (…) Vamos a hacer una cosa. Hoy, esta noche, en el Wizink Center, sólo se podrá hablar de temas amables…” nos decía el cantante para introducir Temas Amables, la penúltima canción de su nuevo álbum, pero no de la noche. Los técnicos de luces, sonido y la redacción de la banda se llevaron una gran ovación por parte de un Wizink para el que se habían agotado las entradas. “Quizás nos pasemos en dar las gracias y queremos pecar de eso. Es increíble lo que nos habéis llegado a hacer sentir en todos estos años y lo que nos hacéis sentir hoy en día” nos agradecía la banda antes de tocar Magia y Efectos Especiales.
La noche iba llegando a su fin, y era el turno del primer sencillo de Autoterapia: El Pozo. “He despertado en el fondo de este pozo sin saber quién soy. ¿Cómo he llegado?” las voces del público ahogaban la de Mikel, que sonreía. En Pausa se juntaron los cinco miembros al borde del escenario para ofrecernos una íntima versión de la canción a la vez que los focos inundaban el pabellón de color verde, anunciando que era el turno de La Mujer de Verde. Mikel se deshizo de cualquier aparato que llevara encima, bajándose del escenario y acercándose a primera fila mientras globos enormes de colores caían del techo: era el turno de El Baile.
Bill Murray indicaba el final del setlist y por tanto, de la noche. Más que agradecidos, se despidieron hasta el día siguiente, el 6 de abril, donde les esperaba otro sold out en ese mismo lugar.
IZAL han sabido jugar muy bien sus cartas: han logrado conseguir un disco hecho directo y un directo hecho disco. Con varios festivales a su espalda de los que podremos disfrutar este verano, y conciertos por toda España, para los que las entradas están agotadas en muchas ciudades, nosotros no podemos esperar a tenerles de vuelta, sea como sea.
Crónica: Lucía Monsalve
Fotos: Cris Cañedo