Había muchas ganas de ver a Massive Attack en Madrid después de la sonada escapada que la banda protagonizó en la pasada edición del Mad Cool, cuando el grupo canceló su actuación a pocos minutos de salir al escenario alegando problemas de sonido.
Seis meses después de la sonada pataleta del grupo en el festival y ante unos asistentes que se mostraban impacientes cuando el reloj ya pasaba de las nueve de la noche, Masssive Attack se presentaba en el Palacio de Vistalegre, dispuestos a redimirse y ofrecer una noche mágica en la capital.
Hipnóticos, oscuros, místicos, virtuosos… hay muchos adjetivos para describir al grupo de Bristol, aunque ninguno de ellos se acerca a definir la música que compone la mítica banda británica, ni mucho menos lo que el dúo formado por Robert Del Naja y Grantley Evan Marshall consigue transmitir en sus conciertos.
Con una puesta en escena impecable y un sonido muy pulido –algo de mucho mérito dado el recinto escogido-, Massive Attack construyó el pasado domingo un concierto redondo a la par que hermético, en el que no hubo espacios para pausas o interacciones de ningún tipo con el público, y en el que el único protagonista indiscutible fue la música. Estaba claro lo que la banda de culto venía a hacer.
Hilando versiones como I found a reason, de The Velvet Underground, o 10:15 Saturday Night, de The Cure; con temas como Black milk, Exchange, Dissolved Girl o Inertia Creeps, todos sacados del clásico Mezzanine (1998), Massive Attack fue recreando en el Palacio una atmósfera de lo más orwelliana, gracias también a un juego de luces siniestro a la par que soberbio y a la presencia de imágenes y eslóganes de tinte político, que invitaban a reflexionar sobre nuestro presente y futuro. En definitiva, un espectáculo envolvente que volvió a poner de manifiesto que ver a los de Bristol en directo es toda una auténtica experiencia sensorial.
El concierto contó con invitados de lujo como la cantante Elisabeth Fraser (Coctau Twins) y el artista reggae Horace Andy, que aportaron dulzura a una velada fría interpretando “Teardrop” y “Angel” respectivamente, ambos los dos himnos reservados para cerrar una noche única por todo lo alto.