El pasado martes 20 de noviembre se celebró, una vez más el Impericon Never Say Die! Tour en Barcelona. Antes de que abriesen las puertas a las 17h ya había gente esperando fuera de la sala Bóveda para empezar a disfrutar de los siete grupos que formaban parte del increíble cartel de este año.
Los primeros en tocar fueron Thousand Below, un grupo emergente de post-hardcore original de San Diego (Estados Unidos) que firmó con Rise Records para sacar su primer álbum de estudio, ‘The Love You Let So Close’ (2017). El vocalista, James DeBerg, y los suyos demostraron en el poco tiempo que tocaron que pueden llegar muy lejos en poco tiempo. Un poco más tarde, salieron sobre el pequeño escenario Currents, una banda de metalcore de Connecticut que en pocas semanas saldrá su nuevo álbum de estudio, ‘I Let the Devil In’. El quinteto repasaron algunos de sus mejores temas de estos últimos seis años mientras que la energía del público no decayó en ningún instante. Los siguientes en salir al escenario fueron Polar, originarios de Reino Unido y con 3 álbumes y 2 EPs bajo el brazo. Los de Adam Woodford supieron cómo interactuar con el público barcelonés, el cual no paro de formar pogos durante su actuación.
Sobre las siete y media de la tarde llegó el turno de Casey, otra banda increíble procedente de Reino Unido, concretamente de Gales. Este grupo de post-hardcore era uno de los más esperados de la noche, después de haber lanzado mundialmente ‘Where I Go When I Am Sleeping’ (2018) y haberse hecho un hueco en esta escena musical. Tom Weaver, voz principal de Casey, dio un discurso la salud mental y lo importante que es compartir todos tus problemas con tus seres queridos más cercanos o, incluso, con desconocidos. Después de este impecable set llegó el turno de Alazka (antes conocidos como Burning Down Alazka y que, con este nombre, ya formaron parte del Never Say Die! de 2015). Los alemanes, con dos voces principales (unclean y clean vocals), dieron un gran pero corto concierto delante de un público muy dedicado.
Después de cada actuación la sala Bóveda quedaba medio vacía a causa de la gente saliendo fuera a tomar un respiro para volver a darlo todo durante la siguiente banda. Después de Alazka, era el turno de los australianos Northlane, uno de los mejores grupos de la noche que, a pesar del pequeño escenario, cuidaron muchísimo su actuación en cuanto a luces. El quinteto, con la nueva incorporación de Marcus Bridge como guitarrista/bajista, demostró que ya son uno de los pioneros del post-metalcore con algún que otro toque eléctrico. Tocaron canciones de ‘Node’ (2015), el primer álbum con Bridge, e incluso la ardiente «Dream Awake», del álbum ‘Singularity’ (2013), el último con Adrian Fitipaldes como voz principal. Los de Australia ya nos han visitado unas cuantas veces y siempre superan las expectativas del público. Sobre las diez y media de la noche, por fin llegó el turno de los cabezas de cartel, Being As An Ocean. Los de California salieron al escenario con unas fuerzas increíbles, empezando por «OK» y «Dissolve», seguidas de la magnífica «Black & Blue» durante la cual el público se vino muchísimo más arriba. A la mitad del set, el frontman de BAAO, Joel Quartuccio, bajó del escenario y se pasó hasta casi el final del concierto entre el público. En un momento también se subió en la barra del bar y luego se tiró encima de la gente para hacer crowdsurfing hasta llegar sobre el escenario otra vez y terminar el concierto.
Pasadas las once de la noche terminó el concierto y la gente empezó a salir de la sala mientras saludaban a miembros de todas las bandas que habían tocado y seguían por ahí, muchos de ellos ayudando al crew a cargar las furgonetas con los instrumentos para seguir con la gira. Este año, el Impericon Never Say Die! Tour volvió a dejar huella en la ciudad condal y ya estamos todos esperando la edición del año que viene.