El pasado domingo 23 de septiembre, el pequeño pueblo de San Pedro de Gaílllos, en la provincia de Segovia, despertó resacoso tras un fin de semana festivalero lleno de música. Durante los dos días anteriores, el pueblo de tan solo 300 habitantes sufrió una inundación de jóvenes con ganas de pasarlo bien en la primera edición del Ona Fest.
El viernes 21 durante la tarde y la noche, los asistentes comenzaron a llenar la zona de camping del festival. Una zona de camping muy bien ubicada, a unos 10 minutos de la zona de conciertos, que se encontraba en la plaza del pueblo. Durante la noche del viernes los asistentes se fueron conociendo, asentando y cenando. Tras esto, para promover el contacto entre todos los asistentes, la organización del festival decidió llevar a cabo un torneo de beer pong. Junto a la zona donde se desarrolló la competición se colocaron unos altavoces para que aquellos que no estaban jugando pudieran disfrutar de música.
El sábado amaneció con un sol espléndido. Y el equipo del Ona Fest y un grupo de voluntarios comenzaron a encender las fogatas. El festival decidió incluir en el precio del abono, 20 euros, una barbacoa con barra libre de diversas bebidas e incluso opción vegetariana. Tras la comida, la mayoría de los asistentes decidieron conquistar las zonas de sombra dentro del camping y cargar pilas para la noche de conciertos.
A las 22 de la noche abría el Ona Fest el cantautor Guillermo Ibáñez, quien fue animando poco a poco. Tocó algunas canciones con miembros de Némona, grupo que llenaría el escenario más tarde y con Sofi Trincado, pareja del cantante y acompañante en voz. Guillermo Ibáñez se atrevió con un set list que combinaba tanto temas propios como Gaviotas o El zulo andaluz como covers de algunos de los éxitos nacionales de las últimas décadas como Por verte sonreír de La Fuga o No puedo vivir sin ti de Los Ronaldos.
El Ona Fest contó con el apoyo de un presentador que entre actuación y actuación se encargó de animar las esperas y las pruebas de sonido. Tras agradecer a los asistentes su presencia y recordar que no es no, se dio paso a los madrileños Chillfaker.
Los chicos de Chillfaker conquistaron al público de San Pedro de Gaíllos con su rock instrumental, a pesar de ser una apuesta muy atrevida dado que el público promedio no suele estar acostumbrado a actuaciones de este tipo. Sin embargo, los madrileños demostraron su virtuosismo musical y una presencia en escena magnifica. Chillfaker puede recordar a veces a los californianos Chon con ciertos tintes de un sonido post-punk suavizado que a menudo hacen desear la voz de Jesse Lacey de Brand New sobre ellos. El grupo nos dejó con ganas de más, y desde Recovery Magazine estaremos atentos de sus próximos pasos.
Tras ellos fue el turno de Némona, organizadores del festival y plato gordo del mismo. Con un set de cerca de hora y media en el que tocaron temas de su primer EP, publicado bajo el nombre de El Gran Juego. El público asistente se dejo el alma y la voz para demostrar el apoyo y el amor a los cuatro miembros de la banda tricantina. “Que tiemble Vetusta Morla” coreó el público al terminar el concierto, haciendo referencia a la famosa banda, también de Tres Cantos. Némona cerró su actuación con una declaración de intenciones, gritando al cielo “por muchos más conciertos” en su canción El Puerto.
Tras ellos, fue el turno de los gemelos de Indie Assault. Quienes pusieron la guinda a un magnifico festival con una clase magistral de como hacer música electrónica de forma diferente, con voces en directo y sampleando en vivo al mismo tiempo que se pinchaba. Con un sonido minimal muy influenciado por el hiphop de los últimos años, hinótico y mágico, estos dos gemelos cerraron una noche idílica en San Pedro de Gaíllos.
La actuación de Indie Assault fue interrumpida por el rey del Wallapop, B-tonsio, que puso el toque de humor a una noche llena de música cantando su tema más aclamado.
La organización prometió volver el año que viene “con mucho más y mejor”. Y nosotros estamos tachando ya los días en el calendario esperando que llegue la próxima edición del Ona Fest.
Todas las fotografías fueron realizadas por Álvaro Valpuesta y cedidas por la organización del festival.