Mayo suele ser un mes intenso en Murcia. Estábamos a jueves y la ciudad ya estaba metida en lo que venía el fin de semana con la celebración del WARMUP en el mismo recinto de la Fica. Se respiraba una noche extraña, gente sobreexcitada, conversaciones que giraban en torno al mismo tema –pese a quien le pese es el evento del año en la capital de la Región- y el gusanillo que suele atenazarte la garganta cuando la experiencia previa te dicta que vas a vivir “el concierto” por antonomasia en la escena del indie español. El defecto es peor, si no cuentas con esa experiencia entonces el sustituto es la euforia y excitación por ver por primera vez al sexteto que ha cambiado demasiadas cosas en el panorama musical del país. Y en ese caldo de cultivo cayó la noche y se encendieron las primeras luces del escenario…
“Solo sí es sí” rezaban las pantallas minutos antes de que sonaran los primeros acordes del concierto. VETUSTA MORLA es uno de esos grupos que siempre ha cristalizado denuncias sociales en muchas de sus letras (su tercer disco “La Deriva” es buena prueba de ello), o ha encabezado preciosos proyectos como aquel sinfónico con la OSRM para ayudar a la reconstrucción del conservatorio Narciso Yepes de Lorca destruidos tras los terremotos. Saben de su poder mediático y utilizan su mensaje como altavoz.
El inicio de concierto cabalgó entre lo psicodélico y lo frenético de canciones como Mismo Sitio Distinto Lugar y Palmeras en la Mancha que emparedaron otras dos del nuevo disco: Deséame Suerte y El Discurso del Rey. Puesta de escena impecable, acabando de golpe con las (pocas) dudas que alguien pudiera tener sobre el acabado de sus nuevos sonidos en directo. Samplers, midis y un nuevo equipo de trabajo que se encarga de todo ello funcionaron como el mecanismo de un reloj y una escenografía impecable y virtuosa que escenificaba individualmente cada canción y completaba un espectáculo visual a la altura de los más grandes de la música internacional.
Le sucedieron un trío de canciones de su anterior trabajo, La Deriva, que encajaron perfectamente en el nuevo setlist; Golpe Maestro, La Mosca en tu Pared y Pirómanos a lo que la banda rebajó el tempo del concierto dando lugar al encendido de mecheros y pantallas de móviles con Maldita Dulzura, Cuarteles de Invierno y Copenhage, la cual fue coreada por todo el recinto de la Fica. Es curioso como mucha de la gente que acude a sus conciertos sigue anclada a canciones de su primer trabajo, que cumple 10 años, desconociendo totalmente todo lo creado después.
Los temas iban sucediéndose, Fuego, Guerra Civil, La Vieja Escuela (¡mágica!), 23 de Junio, reafirmando el hecho de que Pucho es el mejor frontman existente para una banda como VETUSTA MORLA. Es pura alma, versátil, tremendamente enérgico cuando la canción lo dicta y misteriosamente íntimo cuando el ritmo o el mensaje de la canción es opuesto. Al Respirar, Punto sin Retorno, La Deriva, Mapas… el nuevo repertorio para esta gira no abandona ninguno de sus himnos, algunos incluso adaptados a un nuevo sonido como Sálvese Quien Pueda en una versión más electrónica que hizo saltar a los más de 10 mil asistentes enlazada con otro clásico suyo como Valiente.
Te lo Digo a Ti y Fiesta Mayor cerraban la primera etapa del concierto antes del merecido respiro con los encores elegidos para esta gira: Consejo de Sabios, El Hombre del Saco y, cómo no, Los Días Raros que te despide con un nudo en la garganta, los pelos de punta y un abrazo en el alma que te acompaña hasta llegar a casa con el chorus final resonando en tu cabeza.