La Joy Eslava abría sus puertas a un público que, poco a poco, llenaría la sala. Lo que empezó pareciendo un concierto íntimo, terminó dando paso a una sala abarrotada por el gozo de un público inmerso en el sonido electrónico-experimental de Mount Kimbie.
La luz roja embaucaba a un público que tenía unas expectativas altas con respecto al grupo. Más tarde, acabarían superándolas.
Mount Kimbie salía al escenario dispuesto a presentar su útimo LP “Love What Survives” además de tocar grandes éxitos de discos anteriores, como “Maybes” o “Made to Stray”. Ofreciendo también éxitos en los que forman parte King Krule, como “Blue Train Lines” y al que no se echó de menos debido a la forma, por parte de Mount Kimbie, de abordar la carencia en la sala de este.
Finalmente, llegaba la parte final del concierto. El público deseaba que no abandonaran el escenario para seguir sumergidos dentro del sonido hipnotizante y embriagador de este grupo británcio que, poco a poco, va consiguiendo más adeptos fieles a su música.